El galimatías de los pasaportes
A Roberto Rosales no le faltan opciones para salir del Málaga, eso es vox pópuli. Tiene numerosas 'novias', como se suele decir en el mundo del fútbol. Al club le interesa su venta por distintas circunstancias, todo hay que decirlo. Pero hay una cuestión que lo condiciona absolutamente todo: su pasaporte. Su condición de extracomunitario es un hándicap a tener muy en cuenta.
La situación es la siguiente. En el Málaga evidentemente no existen dudas a nivel deportivo y Juande Ramos estaría encantado de poder contar con el lateral venezolano. Pero en la hoja de ruta de la entidad está la hipotética venta -de hecho se busca lateral derecho, aunque en esto también entra el factor de Cifu, que lo tiene complicado- de Rosales. Primero por el dinero, puesto que es un momento en el que está al alza por edad y rendimiento. Segundo por, como decíamos antes, el pasaporte. El Málaga necesita su plaza libre porque tiene cuatro ocuapadas.
Ya no es por quedarse con tres, la cuestión es que Weligton y Michael Santos se quedan sí o sí. Y lo lógico, teniendo a Kameni, es que saliese un Memo Ochoa que ha recuperado mucho mercado con su final de temporada más lo que sume en la Copa América. Pero el mexicano parte de cero con Juande y puede querer quedarse. Así que queda Rosales, que en teoría es el más fácil de 'colocar'. Y otra cosa es que al club no le importaría liberar hasta dos plazas de extracomunitarios pensando también en algún hipotético refuerzo 'extranjero'.
La cuestión es que muchos equipos tampoco se lanzan a por Rosales precisamente por su situación. Claro ejemplo es el Atlético de Madrid. A Simeone le gusta mucho el internacional por Venezuela, pero también tiene cubiertas esas plazas. Igual le ha pasado a algún otro equipo español en el pasado. La falta de pasaporte comunitario tira para atrás.
Así que a Rosales le queda el mercado internacional. Inglaterra y Rusia, por poderío económico. Porque hay que aclarar que a día de hoy el Málaga no contempla la salida si no colma sus aspiraciones económicas. Otra cosa es que también el jugador parece decidido a cambiar de aires. Uno de los últimos clubes que han puesto la maquinaria a funcionar para llevarse a Rosales es el Rubin Kazan de Gracia, curiosamente el sitio donde recaló Salomón Rondón por diez kilos hace unos años.