El mundo de fútbol deja a veces situaciones curiosas que mueren entre bambalinas. Negociaciones sorprendentes que se frustran, historias divertidas inconfesables que no conocen la luz u ofrecimientos paradójicos que se quedan en eso, en meros ofrecimientos en busca de mercado. Los representantes o intermediarios mueven a sus futbolistas como mercancías y los sugieren a clubes puerta por puerta. Así, uno de los jugadores que fue recomenadado al Málaga el pasado verano fue nada menos que el excéntrico Mario Balotelli.
La negativa, por su caché, caía por su evidencia. “Su salario es astronómico, el que lo ofrecía no era consciente de lo que los clubes podían pagar o no”, señaló cuestionado por ello el director deportivo de la entidad, Francesc Arnau, que reconoció en una entrevista en Cope Málaga que “Balotelli fue una opción del mercado que apareció por ahí. Se ofreció al Málaga y a más equipos”.
El italiano de origen ghanés, exjugador de equipos como el Inter, el City o el Liverpool y de capa caída en parte por su díscolo carácter, se encontraba libre en los últimos coletazos del mercado veraniego y acabó firmando el último día del plazo por el Niza. “Se fue al Niza porque ha hecho un proyecto económicamente fuerte, con unos propietarios nuevos que han invertido. No hubo ninguna opción de que pudiera venir”, zanjó Arnau.