Un disgusto similar al del Mirandés

Está claro que la Copa del Rey no es una competición hecha para que el Málaga disfrute. Salvo excepciones muy puntuales los sinsabores se reproducen año tras año. Lorca o Baza son eliminatorias recientes recordados por todos. Pero es en los dos últimos años cuando el equipo blanquiazul ha hecho dos ridículos consecutivos aún más espantosos. Si anoche fue el Córdoba el que asaltó La Rosaleda tras vencer también en la ida, hace justo un año fue el Mirandés el que obró su pase en idénticas circunstancias.

La escandalosa derrota de ayer deja muy tocado al equipo y a su entrenador, y abre una caja de dudas importante en otros aspectos de planificación, más allá del capítulo incontestable de las lesiones que han asolado a la plantilla. Hace un año pasó exactamente igual. El Mirandés venció en la ida por 2-1 y en la vuelta por 0-1 y mandó al Málaga al barro. Fue la noche de la rajada de Camacho y el análisis interno al día siguiente en el vestuario, donde la plantilla se encerró para dar un paso al frente. La situación en Liga era entonces bastante peor...
La única diferencia, notable, es que aquel Málaga tenía entonces un partido en cuatro días para resarcirse del estropicio. Lo solventó ganando al Atlético de Madrid. Y luego al Levante antes de despedir el año. En esta ocasión, LaLiga Santander para por Navidad, y cada uno se llevará a casa el disgusto de la noche copera sin la posibilidad de revancha, al menos, hasta el 7 de enero que se visita Balaídos (18:30 horas).