El Málaga ganó en todo, menos en el resultado

El Atlético de Madrid asaltó La Rosaleda con lo mínimo. Jugó como sabe, con un fútbol aburrido, pero metódicamente estudiado, con una distribución espacial de los jugadores casi perfecta y un plan definido y milimétricamente aplicado. Simeone tejió una telaraña defensiva que el Málaga fue incapaz de penetrar a pesar de haber liderado todos los aspectos estadísticos del partido. Todos menos uno, el resultado.

Porque el Atleti no quiso el balón, ni falta que le hizo. No quiso sentirse protagonista, ni falta que le hizo. El Málaga tuvo la responsabilidad del partido, soportó su peso, aunque careció de lucidez ofensiva y apenas inquietó a Oblak, si acaso al final, cuando el resultado ya era de 0-2. Así, y por poner un par de ejemplos y el equipo blanquiazul dominó la posesión (63% a 37%), casi dobló en pases al Atleti (660 envíos por 388, con una eficacia malaguistas del 82& por el 38% rival). Claro que todos esos pases fueron estériles… Además, el Málaga remató 21 veces por 7 del Atleti, dio 22 centros por 3 del rival y recorrió 110 kilómetros por 109 del conjunto colchonero.
En el apartado individual, Sandro y Camacho fueron los jugadores más destacados del Málaga estadísticamente. El canario fue el más remató (7) y el que más asistencias dio (7), mientras que Camacho fue quien más recuperó (16), el segundo que más corrió tras Fornals y el segundo que más remató tras el propio Sandro (4). Luis Hernández, por último, fue el que más pases dio (104).