El Málaga se la jugaba en El Molinón ante el Sporting, y en el minuto 40 Sandro Ramírez abrió el marcador con un gol que dio aire al conjunto blanquiazul, que hasta ese momento apenas generó peligro a Cuéllar.
Una buena cabalgada de Keko por la derecha propició el tanto. El madrileño, en lugar de centrar vio bien a Sandro, que se quedó sólo en el punto de penalti, y el disparo del grancanario, tras tocar en Meré, se coló llorando en la portería de Cuéllar, que estuvo muy cerca de detener el tiro. Los jugadores blanquiazules celebraron el tanto con rabia, se juntaron en una piña y se animaron para lo que restaba de encuentro, a sabiendas de que era vital salir de El Molinón con tres puntos.