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Del infierno al cielo en siete días

D.M.

Bendito fútbol. Capaz de transportarte del infierno al cielo en una semana y viceversa. Aunque en esta ocasión el trayecto fue de abajo hacia arriba. Del sótano al ático. El Málaga cayó con estrépito ante el Atleti el sábado pasado, se liberó de las cadenas en El Molinón y se lució como nunca esta noche ante el Barcelona, en un partido para recordar siempre en una Rosaleda que colgó por tercera vez esta temporada el cartel de ‘No hay billetes’, pero que vivió el primer lleno real del curso.

Lleno, no, llenazo. Y ambientazo en Martiricos en un Sábado de Pasión que cumplía todos los requisitos para que el malaguismo respondiera. Y lo hizo. 28.314 almas se dieron cita en el coliseo blanquiazul, según el club, y se vivió una gran atmósfera en La Rosaleda, pese a que hizo fresco y un viento molesto que no enturbió ni mucho menos el buen clima que se vivió en el ecosistema blanquiazul.
Hubo también mosaico, espectacular, al comienzo del partido. Los aficionados alzaron su cartulina y compusieron con su tesela un mural blanquiazul a la altura del partidazo ante el Barcelona. Poco después se guardó un respetuoso minuto de silencio por José Pons, exjugador blanquiazul en los años 70 de Viberti y compañía. El minuto y el duelo honró sin duda su memoria.
La grada fue una fiesta continua, con vítores durante todo el partido, mofas al mal encuentro del rival y cánticos que fueron desde el “¡Málaga es de Primera!”, al “¡Forza Málaga, oe!” , pasando por “¡Catalino el que no bote!”. Una noche para recordar en la que el equipo y la afición pasaron del infierno al cielo en sólo siete días.

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