La Málaga futbolística es un clamor: "¡Sandro, quédate!". Ese es el nuevo grito de guerra de La Rosaleda, que está dispuesta a dejarse la piel y la garganta para que su estrella se quede en Martiricos más allá del próximo 30 de junio. Míchel ha abanderado la campaña para convencer a Sandro de su continuidad en el Málaga. Cuestionado en rueda de prensa por las opciones de que pueda continuar, el técnico malaguista fue claro.
"Yo sí puedo decir que, por cómo le tratan la afición y los compañeros, las cosas que ha hecho el entrenador, las gestiones absolutas y directas del director deportivo, de nuestro propietario… Sinceramente, más no podemos hacer", explicó.
La pelota ahora mismo está en el tejado del máximo goleador blanquiazul: "Dependemos del jugador, de sus intenciones y su cariño. Sobre la mesa, por nuestra parte, está todo decidido y encaminado y tenemos que esperar a que el jugador decida".