Muy pocos hubieran podido ubicar en el mapa al Unión Adarve poco antes de que se convirtiera en el último rival del Atlético Malagueño por el ascenso. Ni en el mapa ni en la categoría en la que se desenvuelve. Se trata de un equipo que milita en el Grupo VII de Tercera y que se encuentra en el Barrio del Pilar, al noroeste de Madrid. Un zona residencial de 52.000 habitantes y con una ilusión colectiva, subir a su equipo a Segunda División B por primera vez en su historia.
Porque el Unión Adarve es un club joven institucionalmente y en la media de edad de su primera plantilla. Fundado en 1992 por un grupo de padres, ha ido creciendo, absorbiendo clubes anexos y consolidándose como equipo de la citada zona acomodada de Madrid. En su plantilla, con una media de 25,5 años de edad, ningún jugador conocido para la parroquia blanquiazul, pero un grupo por encima de todo y un proyecto serio y sólido.
El equipo entrenado por Víctor Cea (cumple su tercera campaña) juega desde esta temporada en el Polideportivo Vicente del Bosque, antes Polideportivo Barrio del Pilar, con un campo de césped artificial y una capacidad para mil espectadores. La grada suele llenarse, generando un ambiente hostil. Al menos así ha sido en los dos partidos anteriores del play off, ante el Tarazona (vídeo superior) y el Vilafranca. En la Liga regular, los madrileños fueron los segundos clasificados del Grupo VII, sumando 66 puntos con 19 triunfos, 9 empates y 10 derrotas. Álvaro Sánchez, con 25 goles, fue su jugador más destacado.