Ignacio Camacho se despidió este domingo de la que ha sido su casa durante seis años y medio, pero sonó más a un hasta luego que a un adiós definitivo. El mediocentro maño ha crecido como jugador y como persona en Málaga, pero ha llegado el momento de embarcarse en un nueva aventura en Alemania. Firma cuatro años por el Wolfsburgo, pero en su mente ya está volver a la Costa del Sol, porque el veneno de esta ciudad lo lleva dentro.
"Aquí he pasado los mejores años de mi vida. Desde el primer día me he sentido identificado con este club y con estad ciudad. Cuando llegué a Málaga era un niño que ha tenido la oportunidad de madurar en esta gran ciudad. Aquí he formado una familia, aquí ha nacido mi hijo, malagueño y malaguista", explicó el aragonés, que dejó claro en varias ocasiones que su futuro pasa por la ciudad en la que ha sido más feliz que nunca.
En sus agradecimientos no faltaron menciones a cuerpos técnicos, jugadores, trabajadores del club... Pero por encima de todo se refirió a Málaga, su casa: "Esta ciudad enamora a todo el mundo. Se va un malaguista, pero esté donde esté os llevaré en mi corazón. Gracias Málaga por tanto, volveré. Está siempre será mi casa".