Míchel fue un gran jugador. Era un extremo muy completo, tenía un guante en la pierna derecha, aunque también utilizaba bastante bien la izquierda. Y tenía gol, mucho gol. Uno de sus puntos fuertes eran los penaltis. De hecho, acabó su carrera con una efectividad del 82,35% de efectividad, marcando 28 de los 34 que lanzó.
El ahora técnico del Málaga se retiró hace muchos años, pero no ha perdido la magia y la picardía a la hora de lanzar las penas máximas. Así lo ha demostrado este sábado en Holanda tras uno de los entrenamientos del conjunto blanquiazul en Garderen. El entrenador malaguista lanzó un penalti a Samu Casado, al que engañó de todas todas y batió con mucha tranquilidad (vídeo superior). "Te he engañado", decía entre risas.