El Málaga se ganó una tregua anoche en La Rosaleda. Salvó un punto con aromas de triunfo y devolvió la sonrisa a su gente. No es una sonrisa plena, porque el equipo aún sigue sin ganar y evidencia síntomas preocupantes, pero también deja muestras de mejora, de casta y de dignidad, más allá de abandonar el farolillo rojo y de alistar para la causa a un buen futbolista: Diego Rolan. Así, estuviera previsto o no antes del choque, la plantilla goza de día y medio de descanso tras el partido.
Los jugadores no se entrenan este domingo ni tampoco el lunes por la mañana, y volverá al trabajo por la tarde a las 18:30 horas en La Rosaleda para empezar a preparar el derbi ante el Sevilla en el Pizjuán (sábado, 16:15 horas), el último duelo antes del segundo parón liguero de la temporada. Los titulares harán trabajo de recuperación y Míchel verá in situ el estado físico de sus jugadores ‘tocados’ antes y durante el encuentro frente al Athletic. Pero ahora toca descansar, un día y medio de tregua necesario y merecido.