Ya no queda otra que trabajar y esperar que el nuevo plan dé los frutos esperados y deseados. Diego González estuvo este martes en el gimnasio del estadio Ciudad de Málaga, haciendo lo que puede, lo que le dicen que debe hacer. Un camino más conservador que aquel que parecía trazado ya y que le conducía al quirófano.
Porque este martes era el día elegido para que se sometiese a una dura operación que corrigiese su "condropatía rotuliana" en el cartílago de su rodilla izquierda. Pero a última hora, y siguiendo los consejos del prestigioso docto Cugat, se buscará un método menos agresivo. Además, cabe la posibilidad de que si da los efectos deseados, su regreso a los terrenos de juego se produzca muchísimo antes.
Así que este plan B al que se agarran jugador, club y médicos tendrá dos semanas de recorrido empezando por hoy martes. Si resulta fallido, entonces sí se tomará la determinación de que pase por el quirófano.
Hay que recordar que Diego González venía jugando con asiduidad en el Málaga y para Míchel era casi un fijo en el once. Sin embargo, la lesión de Mestalla (última vez que jugó) destapó una situación más compleja de lo que cabía esperar. Este problema físico del central gaditano venía de antes y el club acometió su fichaje a pesar de conocer su situación médica.