Y Muñiz volvió a su casa

Regresó a su casa Juan Ramón López Muñiz. Porque para él Málaga es su casa y el Málaga es su casa. Lo mismo que para Samuel García. Defendieron el escudo del Levante en esta ocasión, pero se fueron con las espaldas marcadas de dar abrazos y las mejillas rosadas de tanto beso. La afición les recibió bien, pero el ambiente no estaba para muchas fiestas. El frío y el día (viernes) jugaron en contra de algún gesto más caluroso.

Cuando por megafonía sonó por primera vez el nombre del técnico asturiano, tímidos aplausos y algún grito favorable suelto. En los debates íntimos (y algunos en plazas públicas 2.0), elogios para él por tener a un equipo tan limitado como el Levante relativamente cómodo en la clasificación gracias a su excelente trabajo. Después del partido y de la rueda de prensa, tardó un mundo en subir al autobús del cuadro granota. Otra ración de saludos a viejos amigos, conocidos y admiradores.
Samuel sí acostumbra a volver más a menudo. Pocos tan malagueños como él. El cariño es mutuo, aunque evidentemente no tiene la pasión de la primera ocasión que se asomó con su chándal amarillo del Villarreal. Eso sí, siempre que se enfrenta a su exequipo, desaparece. El centrocampista no cuajó una buena primera parte, vio una amarilla y casi ve la segunda. Muñiz casi le sustituye antes del descanso, pero aguantó hasta el mismo. Medio tiempo para él. Después del choque pasó por zona mixta, pero no le permitieron realizar declaraciones a los medios.