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Míchel, Setién y aquella noche del 85 en La Romareda

D.M.

Corría el 20 de noviembre de 1985 cuando las carreras de Míchel y Quique Setién se cruzaron por primera vez. Fue en La Romareda, sede entonces de un partido entre la selección española absoluta y la de Austria. Miguel Muñoz, seleccionador, hizo debutar a la vez y en el once inicial a los que ahora son entrenadores del Málaga y del Betis, respectivamente.

Míchel tenía 22 años y comenzaba su prolífica carrera en el Real Madrid. Setién contaba con 27, y acababa de fichar por el Atlético de Madrid tras una interesante etapa en el Racing. Este domingo, más de tres décadas después, ambos se enfrentarán por primera vez como entrenadores. La anécdota de su debut de la mano en la Roja esconde detrás una relación profesional y personal duradera. Míchel y Setién, son más que colegas de profesión.
“Tenemos una relación muy buena, muy estrecha, hemos hablado mucho de fútbol, también en el plano personal y cuando fuimos jugadores”, recordaba Míchel esta mañana en la previa del partido ante el Betis. El entrenador malaguista reconoce que le mandó un mensaje la semana pasada, y el bético, también este mediodía, confesó que es una práctica habitual entre ellos, alentarse y estimularse recíprocamente con ánimos.
La relación personal empapa el respeto mutuo que se procesan. “Es un entrenador que tiene unas ideas muy fieles al fútbol español en los últimos años”, manifiesta Míchel. “Es un gran entrenador y buen chaval y espero que después de este partido le vaya todo bien", dice Setién. Porque ambos se desean lo mejor, eso está claro: “Me alegraría que le fuese muy bien a Setién, sobre todo a partir del martes. No va a cambiar mi opinión sobre él y sobre el Betis”.
De hecho, Míchel es tajante con la situación del cántabro en Heliópolis. “Me sorprende mucho que esté cuestionado. Es muy fácil cuestionar a los entrenadores, al final estamos en la cuerda floja. Cuestionar a Quique Setién como entrenador es una barbaridad y un atrevimiento”, explicó Míchel, mientras que el cántabro también elogió al Málaga: “Hay momentos que les he visto cosas que me gustan. Hace muchas cosas bien. Entró en una dinámica negativa de la que les está costando salir, pero no pierde el paso. La victoria del otro día seguramente les ha dado un impulso enorme”.
Este domingo, 32 años después de un día importante en sus vidas profesionales y tras haberse enfrentado en multitud de ocasiones como jugadores, se verán las caras en el banquillo de enfrente y durante 90 minutos se acabarán los ánimos y los buenos deseos. Sus equipos están muy necesitados y un triunfo le daría mucha estabilidad a cada uno en su puesto, aunque sea en detrimento del otro.

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