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El perfil de José González desde el prisma del Granada

Luis Mora (Ser Granada-@LuisMoraOnFire)

José González, y su segundo entonces, Antonio Calderón (exentrenador del Cádiz y actual técnico del Fuenlabrada), llegaron por sorpresa al Granada CF allá por finales de febrero de 2016. Ni José González se lo esperaba, ni su ayudante, ni la afición, ni entraba en ninguna de las quinielas. Aterrizó en la ciudad nazarí de la mano de Quique Pina, que ya confió en él para el banquillo del Cádiz, con el que consiguió el ascenso a Segunda División en su segunda temporada en el Carranza, en su primera campaña cayó en play off, por penaltis a manos de un Madrid Castilla que contaba con Jesé, Morata, Mosquera y compañía.

Fue futbolista, defendió los colores de 'su' Cádiz, disfrutando de la Primera División, posteriormente cabalgó entre Segunda y Segunda División B, militando en Mallorca, Rayo o Albacete. De ahí se pasó a los banquillos: Albacete, Córdoba o Murcia y hasta probó la Liga china, como ayudante de Gregorio Manzano en el Beijing Guoan. Llegó a Los Cármenes para cumplir los 50 años, a falta de trece partidos para el final de Liga, sustituyendo a José Ramón Sandoval y siendo el Granada colista de Primera y a cinco puntos de la salvación. Sus primeras medidas fueron directas, tenía por delante una semana de jornada intersemanal con tres partidos en siete días, siendo el gran problema rojiblanco fácil de detectar: era el más goleado de la categoría. Armó un equipo de líneas juntas, compacto y, sobre todo, ordenado.
Esa fue idea desde el inicio. Se presentó en Granada con una máxima: 'orden más disciplina forman un buen equipo; si le añades talento, consigues un gran equipo'. Se estrenó ganando en Riazor y posteriormente ante el Sporting en Los Cármenes. Consiguió que los suyos ganaran en confianza a partir de las 'porterías a cero', línea de cuatro en defensa, con dos pivotes de corte defensivo por delante y arriba velocidad con Peñaranda, con el que volverá a coincidir, y Success, acompañados por mediapuntas descarados. Sufrió pero logró el objetivo a falta de una jornada para el final de Liga, ganando un partido loco en el Pizjuán, sumando 19 puntos en 13 jornadas y sobrándole la última (ante un Barça campeón).
No dará titulares en sala de prensa, ni lucirá mucho su sonrisa gaditana, que suelta a cuentagotas. Serio en el trato cercano, asegurará trabajo y rectitud. Siempre bajo el cartel de ser un entrenador defensivo, reconoce que todo comienza en una buena defensa, pero sin olvidar que hay que marcar goles para sumar de tres. La Rosaleda tiene ahora en su banquillo un hombre que sabe lo que tiene que hacer en estas situaciones: conseguir resultados, nada más. Y nada menos. No importará mucho el cómo, pero sí conseguirlo.

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  1. Climaco

    Me alegra mucho este fichaje, en gran parte porque se va Míchel un sinvergüenza, un caradura y un inútil. Cualquier persona decente, y esta lo parece, es mejor. Mucha suerte.