El Málaga y su Torre de Babel

El mito de la Torre de Babel, narrado en el Libro del Génesis, da explicación a la proliferación de diferentes lenguas a lo largo y ancho del mundo. Hoy en día es el telón de fondo de numerosas discusiones sobre la diversidad de idiomas y razas y un elemento recurrente en numerosos dichos e historias. Y el fútbol en general y el Málaga, entre otros muchos equipos, en particular, pueden ser un buen ejemplo para explicar esa pluralidad de culturas y lenguas. El club blanquiazul cuenta en estos momentos en sus filas con jugadores de once nacionalidades diferentes. 

Tras los quince movimientos que se han producido en el mercado invernal y contando a Cenk Gönen, que todavía pertenece a la disciplina blanquiazul, un total de once países están representados en la plantilla malaguista. Lógicamente, los españoles son mayoría y conforman el grueso del plantel. Los nacionales son 13, dos de ellos malagueños: Roberto, Andrés Prieto, Luis Hernández, Diego González, Ignasi Miquel, Juankar (está sin ficha por su lesión), Miguel Torres, Adrián, Bueno, Keko, Borja Bastón, y los boquerones Recio y Samu García.
El segundo escalón lo ocupan los uruguayos y los venezolanos, que son tres por país: Ricca (que también tiene nacionalidad italiana), Chory Castro (nacionalizado español) y Diego Rolan por el lado charrúa, y Rosales, Juanpi (nacionalizado español) y Peñaranda ponen el color vinotinto. Por detrás queda Nigeria, representada con Ideye y Success, dos Águilas Verdes que han llegado en enero a tierras malagueñas para intentar ayudar a lograr el milagro de la salvación.
Llevamos cuatro países y quedan otros siete. Cenk Gönen pone la banderita de Turquía en la plantilla, Iturra representa a Chile y también cuenta con la nacionalidad italiana, Esteban Rolón hace lo propio con Argentina y tiene pasaporte polaco, el recién llegado Mehdi Lacen es nacido en Francia y de origen argelino (selección con la que juega), Lestienne es belga, En-Nesyri pone a Marruecos en el mapa malaguista y Kuzmanovic es suizo de nacimiento y serbio de origen.
Es decir, once nacionalidades diferentes y quince contando las dobles conviven en el vestuario del Málaga en estos momentos. Multitud de países, lenguas y culturas que cohabitan en la disciplina malaguista, aunque sólo tres de ellos cuentan como extracomunitarios (Peñaranda, Rolan y Rosales). Los africanos se benefician del Acuerdo de Cotonou para poder jugar en Europa con el mismo status que los comunitarios, mientras que algunos como Iturra, Rolón o Ricca aprovechan sus raíces para tener pasaporte europeo.