Podrán ponerse paños calientes o, mejor dicho, podrían porque ya ningún osado, a no ser que se trate de alguno de los implicados, puede defender lo indefendible. El Málaga es el peor equipo de Primera División con mucha diferencia con respecto al penúltimo. El Málaga, en una liga normal ya estaría haciendo cuentas para un descenso matemático. El Málaga no tiene excusas para amortiguar unos números vergonzantes y calamitosos. La de esta noche en Leganés es la sexta derrota consecutiva y sólo se han sumado dos puntos de los últimos 36. No hay cuerpo que lo aguante ni afición que lo resista. No hay atenuantes.
Y eso que el Málaga tuvo alguna ocasión cicatera en la primera parte. Y que el Leganés se adelantó tras un fuera de juego clarísimo y marcó el segundo tras un bote inexplicable cuando Roberto tenía domado el balón con la mirada. Vale que el Málaga no ha tenido pellizcos de fortuna en momentos puntuales, pero si LaLiga Santander premia y condena algo es la regularidad. No hay excusas para tapar que el equipo blanquiazul sume 13 puntos en 27 jornadas, que enlace casi tres meses sin ganar (desde Anoeta) y que muchos de sus jugadores evidencien una indolencia y una falta de calidad y de carácter impropios en el profesionalismo.
Dos directores deportivos, dos entrenadores, más de 30 jugadores, un presidente que no está, un club descabezado y descosido, una afición destrozada, y una agonía a la que aún le quedan muchos capítulos por vivir, porque la temporada, no lo duden, se va a hacer eterna. ¿Cómo era aquello de que entre todos lo mataron y él solito se murió? Pues eso, pero con el agravante de que esta muerte va a ser demasiado lenta y demasiado dolorosa.
Todo eso está muy bien Sr. Marín, pero si nos remontamos sesenta años atrás que, por mi de edad, es de lo que me acuerdo y de lo que puedo hablar ¿ que ha sido el fútbol en Málaga ¿ Un despropósito. Recuerdo cuando bajamos a tercera en la temporada 58-59, jugando con el Pozoblanco, con el Ronda con el Puente Genil, etcétera, después la de veces que hemos subido a primera y bajar a la temporada siguiente, la desaparición del C.D. Málaga, para reaparecer en tercera con otro nombre y sobornar al portero del Tarrasa para poder subir a segunda A ( por lo menos se habló de eso ), los desmanes de muchos directivos y cargos en las directrices del equipo. Y por último este descenso inminente del que no nos libra ni todos Los Santos del santoral. Bienaventurados los que pasan olímpicamente del Málaga, C.F., porque ellos son los que sobrevivirán.