En el Málaga se han hecho muchísimas cosas mal. Desde las decisiones tomadas el pasado verano hasta la última operación que se hizo en el mercado invernal, los errores de planificación se han ido sucediendo y el resultado está a la vista: el equipo tiene pie y medio en Segunda. Analizar todo lo sucedido desde el final del curso pasado sonaría repetitivo. Quizás sea más oportuno poner la lupa en la última ventana de transferencias, y a día de hoy la sensación es que la mayoría de refuerzos llegados en enero han fracasado.
Haciendo una división en dos oleadas, los llegados en el primer turno son los únicos que realmente han aportado algo al equipo. Ignasi Miquel e Iturra, que ficharon por el Málaga antes del mes de enero (el chileno no debutó hasta 2018), se han afianzado en el once inicial y han complementado bien los puestos de central y mediocentro defensivo. De hecho, suelen ser dos de los pocos que se salvan de la quema fin de semana tras fin de semana en un equipo sin fútbol y sin alma.
Sin embargo, las prestaciones de los seis siguientes están por debajo de lo esperado. El primero de esa segunda oleada fue Alberto Bueno, que llegó avalado por Míchel. Poco después, el club cesó al técnico madrileño. Con José González apenas ha participado, y cuando lo ha hecho ha dejado bastante que desear. Lo siguiente fue el regreso de Samu García, cedido por el Levante. El malagueño tampoco está rindiendo al nivel que lo hizo antes de marcharse al Villarreal y no está siendo ni titular.
El Málaga necesitaba un delantero centro y llegó el nigeriano Brown Ideye. Causó buena impresión ante Las Palmas, pero se ha ido diluyendo y contagiando del paupérrimo nivel del conjunto blanquiazul. Sólo ha marcado un gol, ante el Valencia, y lleva dos partidos seguidos siendo suplente.
Llevamos cinco y quedan otros tres fichajes por analizar. Success y Lestienne llegaron en el último día del mercado de invierno para reforzar las bandas, pero ninguno está siendo desequilibrante. El nigeriano vino pasado de peso y bajo de forma. Estrenó titularidad ante el Sevilla y acabó siendo sustituido en el minuto 30, retirándose andando pese a ir perdiendo y señalado por La Rosaleda. El belga ha jugado más y dio el pase de gol a En-Nesyri ante el Athletic, pero también ha ido perdiendo protagonismo.
Y, por último, el caso Lacen. El Málaga dio la baja federativa a Cenk Gonen para poder firmar un jugador libre pese a que el mercado cerrara, y la dirección deportiva apostó por el mediocentro franco-argelino. Está jugando, sobre todo tras las lesiones de Adrián y Recio, pero tampoco se está viendo una versión de Lacen hasta el momento. Pese a todo, tiene fácil quedarse el ex del Getafe, pues renovará automáticamente cuando juegue al menos 45 minutos en cinco partidos...
Los seis últimos refuerzos del Málaga en el pasado mercado invernal suman 1.330 minutos, un gol y una asistencia. Unos números muy pobres para los que en teoría deberían haber dado un impulso al equipo tras una primera vuelta desastrosa.