El Málaga llegaba tocado y hundido al Benito Villamarín. La afición del Betis lo sabía y, por ello, la Federación de Peñas emitió un comunicado instando a que no se elevaran cánticos relacionados con el descenso de categoría del equipo blanquiazul. Y el respetable verdiblanco, señorial, lo respetó casi al pie de la letra durante los 90 minutos del partido.
Sólo a la llegada del autobús malaguista al estadio bético, que tuvo la 'mala fortuna' de hacerlo al mismo tiempo que el de su rival, se escucharon algunos "A Segunda, oe; a Segunda, oe", que se repitieron apenas audibles en los primeros minutos del partido así como tímidos silbidos a la salida de los jugadores blanquiazules al césped. Pero el devenir del encuentro, con el gol de En-Nesyri, provocó que la afición del Betis se centrara en su equipo y, sobre todo, en su objetivo: lograr su plaza para la próxima UEFA Europa League.
Y así continuó hasta el final del partido, aumentando con el empate logrado por Durmisi apenas siete minutos después del tanto del marroquí y máxime cuando Fabián logró batir a Roberto y firmar la remontada que certificaba que la escuadra dirigida por Quique Setién se paseará por el Viejo Continente en la próxima campaña. Al Málaga lo dejaron hacer, morir y marchar sin prestarle más atención y centrando sus fuerzas en celebrar su gran hazaña.
De hecho, el propio José González alabó la actitud del beticismo, destacando la inteligencia que supone no regodearse en el sufrimiento del rival y disfrutar de las buenas nuevas propias. "Me parece inteligente, somos todos andaluces y todos hemos probado el sinsabor de la Segunda División. Me parece inteligente no hacer daño y no acordarte del mal ajeno cuando estás disfrutando", confesó el técnico del Málaga durante la rueda de prensa de análisis del encuentro.