El nuevo fichaje del Málaga llega para reforzar una posición, de por sí, bien cubierta con Munir y Andrés Prieto. Aún así, el polaco ha jugado a un enorme nivel en la portería del Córdoba. En ElDesmarque analizamos a Pawel Kieszek tras confirmarse su incorporación al conjunto malaguista.
Kieszek tiene unas habilidades técnico-tácticas espectaculares. Es un portero que permanece concentrado los 90 minutos, que sabe colocarse bien bajo palos, en el lugar más adecuado que demande la jugada. Esto le acomoda cada una de las intervenciones. No es un portero de grandes palomitas, pero no lo necesita. La palabra que mejor le define es "sobriedad".
Además, a la hora de achicar espacios al delantero es un prodigio. En el Córdoba ha salvado numerosos 'uno contra uno' gracias a que se echa encima del delantero cuando este va a finalizar. Si le sumamos unos reflejos felinos, que emplea incluso cuando parece estar ya vencido en el suelo, nos sale un portero muy difícil de batir incluso desde dentro de su propia área.
Esto lo acompaña con una gran lectura de cada situación del juego. Tanto en centros y faltas laterales, donde es un seguro de vida, como en balones a la espalda de la defensa, a los que no teme a salir fuera del área, siempre se emplea con solvencia.
Por último, es reseñable el impacto que ha tenido en el vestuario cordobesista. Pese a la barrera del idioma, que sigue superando día a día, Kieszek se erigió como una de las voces más autorizadas la plantilla. Es un líder natural, cuestión que también se aprecia a la hora de organizar a su defensa en el terreno de juego.
Por todo lo citado anteriormente, el polaco logra incluso mejorar lo que ya había en la plantilla. A sus 34 años no solo es un portero superior a Munir y Andrés Prieto, sino que es uno de los mejores guardametas de toda la categoría. Un fichaje que puede dar mucho al Málaga en el año de contrato que ha firmado.