Las Palmas aplicó al Málaga de su propia medicina. Un partido presidido por el respeto mutuo que se tienen ambos equipos y por la escasez de ocasiones de gol, se decidió en un saque de banda ‘made in Málaga’. Pero esta vez la víctima fue el equipo de Muñiz. Pau Torres, Adrián y Luis Hernández no acertaron a despejar el saque lateral de Dani Castellano que peinó Blum. La pelota le cayó a Rafa Mir y su disparo se coló junto al palo izquierdo de Munir. El Málaga sólo se decidió a buscar con ímpetu a Raúl Fernández cuando se vio con el partido perdido. Y ya fue tarde.
Le faltó contundencia al Málaga en la acción que le puso en la lona por primera vez esta temporada. El partido era una prueba de nivel en plena euforia por las cinco victorias iniciales. Y no superó el examen el cuadro de Martiricos. Una jugada mal defendida le condenó.
La derrota baja de la nube al Málaga y deja a Las Palmas respirándole en la nuca. Pero no debe enturbiar la trayectoria de un equipo que, si bien ha carecido de presencia en ataque en determinados momentos del partido, ha mantenido sus señas de identidad y mostrado un alto nivel competitivo.
En ataque sólo Ontiveros estuvo a la altura de lo esperado. Sigue pidiendo todos los balones y tratando de generar desequilibrio en cada acción. Y tuvo el empate. Pero su zurdazo encontró una buena respuesta de Raúl Fernández. Fue también el extremo marbellí el que puso a prueba al portero amarillo en las primeras acciones relevantes del choque. Porque el Málaga enseñó las uñas de salida. El equipo de Muñiz comenzó intenso y decidido a apretar a su rival en su propio campo. Ontiveros probó a Raúl en el minuto uno y repitió de falta directa en el 10’. Pero la efusividad inicial del Málaga no fue más allá del cuarto de hora y Las Palmas terminó adueñándose del balón. Aunque hace falta algo más que posesión para desarbolar a este Málaga.
En el primer tiempo los de Muñiz sólo se vieron comprometidos en una acción que acabó con Tana por el suelo tras una pugna con Cifu que bien pudo acabar en penalti. Pero Ocón Arráiz no lo consideró así. Se siente cómodo sin balón y cuesta mucho meterle mano al Málaga. Las Palmas mostró mayor ímpetu en ataque tras el descanso, pero sin asumir excesivos riesgos. Los visitantes parecían satisfechos con el botín inicial. El equipo de Jiménez aguardó su oportunidad y ésta le llegó por el atajo que más le gusta coger al conjunto blanquiazul. El Málaga defendió mal el saque de banda de Dani Castellano y Rafa Mir deja la cabeza de la Liga en un puño. El liderato sigue siendo propiedad del equipo de La Rosaleda. Pero el Málaga ya sabe que en Segunda cada despiste esconde una trampa letal.