La banda de La Rosaleda cita en esta novena jornada de LaLiga 1|2|3 sobre el tapete a Juan Ramón Muñiz y Luis Miguel Ramis. Dos vidas paralelas con una trayectoria profesional que discurre por sendas similares. De la defensa al banquillo. Del césped a la pizarra. Dos entrenadores, ambos se llevan un año, en diferentes etapas de su carrera. El poso del gijonés contrasta con la pujanza del catalán, con buen trabajo en las bases. Dos maneras de entender el fútbol, en dos técnicos que suelen hacer equipos de autor.
Los dos, que se encontraron esta semana en el tercer Curso de Formación Continua Licencia UEFA, se midieron antes como futbolistas. Muñiz distribuyó su etapa como jugador en el Izarra, en el Sporting de Gijón, en el Rayo Vallecano y en el Numancia, donde le puso el broche. Ramis, en una vida futbolística con más pedigrí, jugó para el Gimnástic de Tarragona, Tenerife, Real Madrid, Tenerife, Sevilla, Dépor, Racing de Santander, Racing de Ferrol, San Sebastián de los Reyes, Pegaso Tres Cantos y CD Cobeña. Dos viajes cuyo génesis parte de los clubes de su ciudad, donde los dos dieron sus primeras patadas a un balón de fútbol.
Seis veces se enfrentaron como jugadores los dos centrales. Tres duelos para Ramis, dos para Muñiz y un empate. En esos choques el catalán metió un gol en el partido que medía al Tenerife y al Sporting de Gijón en la temporada 1995/1996 y que acabó con 0-3 para los canarios en El Molinón. De todos los encuentros, solo uno de ellos en el nuevo siglo. Un Numancia-Racing de Santander (1-0) en la campaña 2000/2001 con exiguo protagonismo para el asturiano (un minuto en el terrreno de juego).
Reflexionaba Muñiz hace unos días sobre la influencia de su etapa como jugador en el entrenador que ahora es. "Haber sido defensa puede ser una de las facetas por las que entiendo mejor el fútbol. El delantero a lo mejor necesita más magia. El defensa es más robot, sé lo que tengo que hacer, qué movimiento y qué pautas. El aspecto táctico te lo meten desde pequeño. El defensa es más cuadriculado y sabe que no se puede pasar. ¿Por qué eres entrenador? Nunca lo sabes. Te van influyendo otras personas. Estoy convencido de que si en el momento en el que estaba jugando me hubiera interesado más por el ingrediente táctico hubiera sido mejor jugador. Cuanto más sepa un jugador de fútbol, mejor va a ser", decía el gijonés.