El partido pedía a gritos a Javier Ontiveros. El Málaga no fue capaz de generar apenas ninguna ocasión peligrosa en los primeros 77 minutos del partido ante el Real Oviedo. El equipo estuvo espeso, como reconoció Adrían tras el pitido final. Pero no fue hasta el 78' cuando Juan Ramón Muñiz decidió dar entrada al extremo marbellí, que saltó al terreno de juego para ocupar el lugar de Dani Pacheco.
En ese preciso momento, el partido cambió por completo. El Oviedo estaba encerrando al Málaga a base de empuje más que de fútbol, pero Ontiveros volteó el guión. La primera vez que entró en contacto con el balón, protagonizó una vertical arrancada en conducción y acabó disparando a puerta, pero su marcador le estorbó lo suficiente para que no fuera preciso.
Como acostumbra, el joven atacante no paró de ofrecerse y de pedirla. A veces peca de conducir demasiado, pero es una evidencia que es un futbolista capaz de marcar diferencias. En el minuto 83, un gran pase suyo entre líneas dejó a Cifu en una situación privilegiada en el área del Oviedo, pero Blanco Leschuk no llegó por poco al centro del granadino, que había llegado casi hasta la línea de fondo.
Dos minutos después, de sus botas nació otra acción peligrosa del Málaga. El marbellí colgó una falta lateral con mucha intención y Pau Torres estuvo a punto de desviar lo justo para hacer el 0-1, pero no llegó por centímetros. El colofón a sus brillantes 15 minutos sobre el césped lo puso en el minuto 88, con una jugada personal marca de la casa con cucharita a lo Neymar incluida. Luego quizás le sobró un recorte y la acción quedó en nada, pero Ontiveros dejó un detalle de genio, otro más.
Una vez acabado el partido, quedaba una sensación amarga. Supo a poco la participación del marbellí, sobre todo porque desde que saltó al verde se vio a otro Málaga. Muñiz, que sólo hizo dos cambios y el segundo en el tiempo de descuento, razonó así que Ontiveros entrara en el terreno de juego tan tarde: "Romper el partido de inicio era complicado, los dos equipos estaban bien plantados. Cuando se empezó a abrir consideramos oportuno la velocidad y el uno contra uno de Ontiveros, pero los que estaban jugando lo estaban haciendo bien también. El partido era más fácil para los defensores que para los atacantes".