Viejos fantasmas que deben servir de lección
El Día de los Reyes Magos acabó siendo una pesadilla en La Rosaleda. Nadie dijo que iba a ser fácil, en eso Juan Ramón Muñiz tiene más razón que un santo. Pero tampoco nadie esperaba que el equipo blanquiaul se viera superado este domingo ante el Reus, que hizo lo que quiso con el Málaga. A 30 euros por euro apostado se pagaba en las casas de apuestas la victoria del cuadro catalán, que llegó en una situación institucional crítica, un club al borde de la desaparición...
Al margen del resultado y las sensaciones, fue la primera noche del curso en la que la afición castigó de manera clara a los suyos. La grada acabó cantando "olés" al Reus y celebrando el 0-3 de los visitantes de una manera sarcástica, como reproche al pésimo partido de los suyos. Una reacción que preocupa a Juan Ramón Muñiz. El asturiano reconoció estar afectado tras el partido, y quizás la derrota ante el Reus le recordó a aquel 4-6 del Hércules en La Rosaleda en la temporada del ascenso (2007/08). El Málaga estaba peleando por subir a Primera, pero atravesó un bache importante en el tramo final del curso, sobre todo en casa. Ese duro correctivo ante el equipo alicantino despertó la ira de la afición, que cargó contra todos tras el pitido final.
Este domingo, el conjunto blanquiazul tenía la oportunidad de colocarse líder. Peleaba por situarse en lo más alto de la clasificación de LaLiga 1|2|3, pero el Reus le pintó la cara. En casa, se atisba una falta de ambición y de iniciativa del equipo no gusta a los aficionados. El Málaga parece tener que esperar a recibir un gol para ir al ataque y encerrar al rival en su área, y no siempre es capaz de remontar, como quedó demostrado ante el conjunto rojinegro o frente al Granada, las dos derrotas sufridas en Martiricos hasta el momento.
En cualquier caso, el inesperado tropezón ante el Reus debe servir de lección a Muñiz y los suyos. Queda mucha Liga y el Málaga sigue peleando en la parte alta de la clasificación. Los seis primeros han pinchado este fin de semana, prueba de que no es nada fácil ganar en la categoría. Sin embargo, eso no puede servir de excusa para que el equipo no salga con el cuchillo entre los dientes en todos los partidos, pero sobre todo ante su público en La Rosaleda.