El Málaga volvió a ejercitarse este sábado para preparar el trascendental partido del lunes ante Osasuna. Lo hizo en una sesión bastante más suave que en días previos en la que no participó Pau Torres, que se quedó en el gimnasio haciendo trabajo específico preventivo por unas molestias en el pie. En principio, la dolencia no reviste gravedad y se espera que pueda participar en el duelo del lunes en La Rosaleda, pero este viernes ha estado entre algodones.
Sí trabajó al mismo ritmo que el grupo Adrián González, que ya hizo una parte del entrenamiento del jueves junto a sus compañeros. El madrileño evoluciona positivamente de su lumbalgia y, si no se produce ningún contratiempo, puede llegar al partido frente a Osasuna siempre que Muñiz lo considere oportuno. Un escalón por debajo en su recuperación siguen Iván Alejo y Dani Pacheco, que todavía no se han reincorporado al trabajo con el grupo. Ambos tratan de llegar al choque del lunes y resta sólo un entrenamiento (más la sesión de activación del mismo día de partido), por lo que de lo que ocurra este domingo va a depender su posible participación. Lo tienen difícil, aunque el pucelano tiene alguna opción más, al menos, de entrar en la lista. Este viernes saltó al césped al final de la sesión e hizo trabajo específico junto a Lacen y Miguel Torres con el readaptador Manu Gestoso.
Estos dos últimos y Juankar siguen con su plan de recuperación. Por su parte, Mamadou Koné continúa en tierras cántabras tras ser operado allí a mediados de febrero. El equipo se entrenará de nuevo este domingo bajo las órdenes de Juan Ramón Muñiz, que ofrecerá la convocatoria el mismo lunes.
Muñiz, junto a Harper y Pau Torres en el Ciudad de Málaga.