Sandro y Charles fueron dos de los delanteros del Málaga en la temporada 2016/17, aquella que terminó con Míchel como entrenador. Sin embargo, en el verano de 2017 ambos hicieron las maletas. El club no renovó a Charles, que acabó fichando por el Éibar, mientras que el Everton se llevó a Sandro a cambio de seis millones de euros. Dos salidas paralelas de dos futbolistas que desde ese momento han vivido situaciones antagónicas.
La cara de la moneda la protagoniza Charles, que desde que llegó a Ipurúa ha sido una pieza clave para Mendilibar. La pasada temporada marcó ocho goles y este curso ya ha visto puerta en 14 ocasiones (13 en Liga y uno en Copa del Rey), unos números espectaculares para un delantero que acaba de cumplir 35 años. El hispano-brasileño fue noticia este jueves. Se ha ganado una nueva renovación y ya ha firmado su nuevo contrato con el Éibar, club al que queda ligado hasta 2020.
Bastante peor le han ido las cosas a Sandro desde que decidiera marcharse del Málaga para fichar por el Everton. Apenas tuvo protagonismo en la Premier League la pasada temporada, jugando la segunda mitad del curso cedido en el Sevilla. Esta campaña milita a préstamo en la Real Sociedad, donde tampoco le está yendo del todo bien. El ariete canario no ha marcado ningún tanto esta temporada, de hecho su último gol en la liga española data del 7 de mayo de 2017, día en el que hizo uno de los tantos del Málaga ante el Celta (3-0). Con el Everton sólo mojó una vez en la Europa League en noviembre de ese mismo año, por lo que Sandro lleva casi un año y medio sin celebrar una diana.
"Sí que le doy vueltas. El delantero vive de los goles y yo llevo una racha muy mala. Lo pienso y me pregunto '¿por qué me está pasando esto a mí si estoy trabajando bien y dándolo todo?' Es cierto que le doy muchas vueltas a la cabeza. El gol llegará cuando menos me lo espere", decía recientemente en una entrevista para el Diario Vasco.