El Málaga no estuvo a la altura de las circunstancias en Granada. El equipo tenía ante sí una oportunidad de oro para reengancharse a la pelea por el ascenso directo. Los propios protagonistas lo habían calificado como “el duelo más importante del año’, pero el partido fue nefasto, decepcionante desde la entrada al mismo, donde no se reflejó lo que estaba en juego. El despropósito de la primera parte, en la que lo ‘mejor’ fue el resultado (1-0), dio paso a la segunda, condicionada por la expulsión de N’Diaye, tan rigurosa como evitable. Con diez el Málaga no jugó peor que con once, pero tampoco mejor.
Es cierto que, como en la primera vuelta, el Granada volvió a ganarle al equipo blanquiazul con lo justo, pero no menos verdad que el bagaje del Málaga fue muy pobre para vencer en el Nuevo Los Cármenes (mínimo resultado exigible para aspirar al ascenso directo). El primer tiro a puerta de los visitantes fue de Pau Torres en el minuto 70, y de rebote en una segunda jugada tras una catapulta de Luis Hernández. Curiosamente, y pese a que Rui Silva vivió un partido plácido, el equipo de Muñiz llegó algo más con uno menos. La primera parte fue regalada, con un remate lejano de Alejo y otro fuera de N’Diaye a centro de Alejo, ambos casi al descanso.
El primer tiro a puerta de los visitantes fue de Pau Torres en el minuto 70, y de rebote en una segunda jugada tras una catapulta de Luis Hernández
En la segunda mitad, un remate desviado de Seleznyov (59’), otro de Blanco fuera a centro de Ontiveros (66’), el citado de Pau y otro de cabeza manso de Ricca en el minuto 90 (ver resumen). También computar, para ser rigurosos, un disparo alto de Ontiveros (84’) y un centro chut de Seleznyov en una jugada en la que decidió mal (88’). Ninguna de las ocasiones relatadas se le acercó a ser clara. LaLiga, por cierto, computa 11 remates locales por 12 locales (sic). De cualquier modo, y más allá del pobre bagaje para un partido tan importante, el equipo volvió a acusar incapacidad, falta de recursos y calidad para generar en estático, poca velocidad y lucidez para contraatacar y encarar, desaprovechamiento de las acciones de estrategia y falta de pólvora. Además, un error defensivo costó un gol. Resumen: derrota.
El derbi regional no fue un partido bronco ni duro, pero sí de alto voltaje, con acciones al límite en algunos lances por lo mucho que había en juego. Trujillo Suárez resolvió con ocho cartulinas las 30 faltas que se produjeron en total, aunque algunas de ellas fueron por protestar. Dos tarjetas las vio N’Diaye, que fue expulsado y que no podrá jugar ante el Extremadura. Tampoco lo podrán hacer por sanción Iván Alejo y Fede Ricca.