El Málaga se juega su futuro deportivo y económico en las próximas ocho jornadas. Siete partidos (más el del Reus) que marcarán de forma decisiva su devenir. En La Rosaleda son conscientes de todo lo que hay en juego. Y también lo es el recién llegado Víctor Sánchez del Amo. "Es una oportunidad fantástica para el Málaga para volver a Primera. Tenemos la suerte y el privilegio de haber sido elegidos para intentarlo. Hay potencial y en eso creemos. Por eso estamos aquí. Teníamos la oportunidad de firmar en otros clubes del extranjero, ofertas importantes, pero no lo dudamos y vinimos aquí", afirmaba el técnico en su puesta de largo.
Y es que, amén de la del Málaga, es su oportunidad. Una escalera de acceso de nuevo al tren de la élite. Víctor salió del Betis a principios de mayo de 2017, a falta de dos jornadas para el final de la Liga. Desde entonces no había vuelto a tener un banquillo para mantenerse en el primer plano futbolístico. En Heliópolis sumó su tercer despido en menos de un año (fue destituido en el Deportivo el 30 de mayo de 2016 y ese verano también le cesó el Olympiacos tras caer eliminado en la ronda previa de la Champions).
Ahora, dos años después, el Málaga le vuelve a poner bajo el foco y le brinda la oportunidad de regenerar un proyecto diseñado para competir en Primera División. El reto es importante. Cerrar la crisis, firmar un buen final de campeonato y regresar a la máxima categoría. Ni el propio Víctor ni el director deportivo, José Luis Pérez Caminero, quisieron dar detalles del contrato que ha suscrito el técnico, pero en el mismo existe una cláusula por la que el nuevo entrenador blanquiazul quedará automáticamente renovado en caso de ascenso a Primera. Dos años después, Víctor vuelve a verse en el andén. De su éxito y, por ende, el del Málaga, depende que le volvamos a ver a corto plazo en el vagón de la élite.