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¿Cómo era eso de ganar en casa?

Los jugadores celebran el gol de Harper ante el Lugo (Foto: LaLiga).
L. G. D.

El Málaga necesita imperiosamente volver a ganar en La Rosaleda, por cuestiones clasificatorias obvias y para cortar una sequía de victorias en casa que ya se alarga más de tres meses. Desde el 19 de enero no vence el conjunto blanquiazul delante de su público. Aquel día remontó y ganó al Lugo en el duelo correspondiente a la jornada 22 de LaLiga 1|2|3 gracias a los goles de Adrián y Jack Harper (su último tanto), y fue la última vez que el malaguismo se fue de su templo con una sonrisa.

La afición no ha dado la espalda a su equipo, más bien lo contrario (y así seguirá). Pidió por activa y por pasiva Muñiz esa comunión y se consiguió, pero el Málaga no ha sabido devolver el aliento en forma de resultados y la gota que colmó el vaso fue la durísima derrota frente al Extremadura, con una Rosaleda indignada por la caída del equipo que apuntó hacia todos: entrenador, jugadores y presidente.

El descontento venía de lejos, sobre todo porque los malaguistas llevan mucho tiempo sin saborear un triunfo en su estadio. De hecho, antes de ese duelo ante el conjunto extremeño, el Málaga empató en casa con el Sporting de Gijón, perdió ante Osasuna, y tampoco fue capaz de ganar al Dépor, ni a Las Palmas y al Almería. Estos son en orden cronológico a la inversa los últimos seis encuentros que ha disputado el equipo blanquiazul como local en Martiricos, ninguno saldado con victoria. Un dato elocuente es que el Málaga sería cuarto por la cola en lo que llevamos de segunda vuelta contando únicamente los partidos como local, pues sólo ha sumado 7 puntos, los mismos que el Dépor. Sólo tienen peores registros Las Palmas (5) y Córdoba (4). Son tres de los cuatro recién descendidos, curioso.

Cambiar la dinámica es una necesidad

Revertir esa racha es una necesidad para el Málaga, que se va a jugar buena parte de sus opciones de ascenso en La Rosaleda. Al cuadro ahora dirigido por Víctor Sánchez del Amo le quedan seis partidos por disputar (sin contar el del Reus), y cuatro de ellos los va a jugar delante de su público, en casa, arropado por los suyos.

Obviamente, hubiera sido mejor que el equipo hubiera rascado más puntos como local en este último tramo de competición, pero de poco sirve ahora pensar en el pasado, por lo que puede ser más positivo centrarse en que es un gran momento para dar una alegría a su afición después de tres meses si hacerlo. Es una oportunidad magnífica para superar a un rival directo como es el Mallorca en La Rosaleda, y es la coyuntura ideal para acabar con los malos registros como local y hacer del estadio blanquiazul un fortín para los cuatro duelos que quedan por disputarse en Martiricos.

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