Mucho ruido y ninguna nuez
El Málaga recuperó su idilio con el gol en Alcorcón (1-4) pero volvió a adolecer de pegada este sábado frente al Mallorca. Los blanquiazules dominaron el juego, se pasaron la mayor parte del encuentro en campo contrario y dispusieron de varias ocasiones para marcar. Faltó acierto en el remate y también inspiración y clarividencia en los metros finales.
El Málaga tuvo un 56 por ciento de posesión de balón y llegó a rematar más de una veintena de veces, aunque sólo cuatro de sus 21 remates fueron entre los tres palos. Además, dispuso de un córner más que el Mallorca (6 a 5). Los baleares, en cambio, remataron en 12 ocasiones, cuatro de ellas a portería.
Las llegadas del Málaga fueron múltiples durante los 90 minutos. Poco después del inicio del choque tuvo lugar la jugada polémica del partido: Ontiveros firmó una gran acción individual y cuando penetraba en el área fue derribado por Gálvez, pero Pérez Pallás no señaló la pena máxima. En la primera mitad el Málaga coleccionó un buen número de llegadas a la portería de Manolo Reina. Adrián tuvo un remate franco de cabeza a la salida de un córner y, además, un disparo desde fuera del área que el meta malagueño envió a córner. Lombán también tuvo una ocasión a balón parado, pero su cabezazo se marchó alto.
En el segundo acto hubo un disparo peligroso de Ontiveros y otro de Adrián que rebotó en un zaguero del Mallorca y Manolo Reina salvó de forma casi milagrosa. A pesar del asedio, el Málaga no encontró la forma de batir al conjunto bermellón y finalizó sin marcar y con una derrota que alarga la crisis del equipo en casa, donde no logra una victoria desde el pasado 19 de enero (2-1 ante el Lugo). La sequía de triunfos como local superará los tres meses y medio. El equipo blanquiazul necesita recuperar su fortaleza en La Rosaleda para seguir aspirando al ascenso.