Se da en el Málaga CF una situación, casi de supervivencia, donde se abren puertas con más facilidad. En Miranda de Ebro la cruzaron Luis Muñoz y Benkhemassa, las dos destacadas novedades de Víctor en el once. Era los primeros minutos para el argelino, que también se estrenaba en una convocatoria. De la grada al césped el centrocampista, que disputó el encuentro completo. Mostró una versión competitiva, con obvio margen de mejora, pero no desentonó en un equipo que, en parte, tiene sus mecanismos. No se le vio incómodo y desde ahora es un soldado más para el entrenador, una noticia positiva en esta coyuntura.
El africano formó un trivote con Keidi Bare, que era el ancla, y Boulahroud. Tenía vuelo para poder llegar al área contraria y se le apreció a gusto en ese rol. Después del paso por Anduva parece un paso por delante de Rolón. Intentó darle equilibrio al conjunto blanquiazul sin balón y con él, algo de sentido al juego. En lo segundo quizá necesite más velocidad en sus movimientos, pero es algo que debe ir adquiriendo con el paso de los partidos y las semanas. Es parte del aterrizaje en un fútbol más rápido y de más empaque táctico, algo que también se le notó. A nivel defensivo estuvo algo precipitado en varias acciones. Le gustó este punto de partida a Víctor, que luego tuvo buenas palabras para su jugador.
Aunque se le vio cansado en el cierre del encuentro, se diluyó como el colectivo, sí demostró que puede ser un futbolista de largo aliento. Así se hizo hueco Keidi Bare en el primer equipo, aunque son perfiles diferentes. También demostró personalidad, siendo protagonista en muchos balones parados. De igual forma, se ofrecía entre líneas, aunque ahí careció de impacto, pecando a veces de no colocarse bien. Es parte del proceso de acople, el conocimiento con sus compañeros. Un estreno para Benkhemassa en un escenario complejo y en un partido duro. Un futbolista a petición del jeque que Víctor ya está utilizando y que puede aportar.