La afición del Málaga CF volvió a responder. Era una hora temprana para ser un día laborable y con el partido ofrecido en abierto por televisión, pero hubo una buena atmósfera de fútbol en La Rosaleda, con el ‘Fondo Sur 1904’ hasta los topes y ejerciendo su condición de pulmón saludable. Los seguidores blanquiazules no dejaron de apoyar en todo momento a los jugadores y al técnico, y hubo nueva ración de gritos y protestas para el presidente Abdullah Al-Thani, aunque estas llegaron cuando finalizaron ambas partes y en un parón provocado por la lesión de Milic en el ecuador de la segunda mitad. Se respetó el partido y a los futbolistas.
“¡Al-Thani, vete ya!”, sonó con potencia, a la par que “¡Directiva, dimisión!”, “Jugadores sí, directiva no”, y los favorables cánticos al técnico madrileño: “¡Víctor Sánchez del Amo!”. Al final del partido, la comunión entre afición y jugadores se hizo más sólida cuando se correspondieron aplausos del césped a la grada y viceversa.
En el palco estuvo Francisco de la Torre, que llegó en la segunda mitad debido a su agenda en este martes laborable. El alcalde de la ciudad, que habló públicamente por la mañana, se personó por la tarde en Martiricos para tratar de hablar en persona con Nasser Al-Thani, como le recomendó el jeque, pero, pese a encontrarse en Málaga, Nasser no estuvo en La Rosaleda. Sí se han producido ya contactos entre De la Torre y el presidente blanquiazul, que deberán tener continuidad en próximas fechas, tal vez con alguna reunión presencial.
Presidieron el palco los consejeros consultivos Francisco Martín Aguilar, Abdallah Ben Barek y Antonio Benítez, junto a los representantes del Rayo, con su presidente Raúl Martín Presa a la cabeza y el ex director general del Málaga Luis Yáñez. El concejal Paco Pomares cerró la primera fila. Por su parte, el director deportivo del club blanquiazul, José Luis Pérez Caminero, presenció el partido con su segundo Juan Rodríguez en su lugar habitual de la zona noble, y no se vio a Joaquín Jofre.
En lo que respecta a caras conocidas, exjugadores como Darío Silva, Salva Ballesta o Carlos Kameni, se dejaron caer por Martiricos. Todos residen en la Costa del Sol y son habituales.