Golpe duro, durísimo, el que se ha llevado el Málaga CF este domingo en Huesca. No se recuerda uno igual desde el asalto del Reus a primeros de año en Martiricos, sin olvidar la segunda parte de Riazor en el play off. El equipo de Víctor Sánchez del Amo firmó un partido aciago de principio a fin. Lo mejor fue el resultado final, un tanteo de 2-0 que podía haber sido bastante más abultado (hubo otros dos goles anulados, un penalti parado por Munir y una clarividente sensación de inferioridad blanquiazul en todas las facetas…). Víctor apostó por mover el árbol para alineación, introdujo cinco cambios y el experimento salió ranísima.
La primera parte fue un monólogo oscense. El Málaga no tuvo consistencia en el centro e hizo aguas en defensa. El 2-0 era la mejor noticia al descanso tras la peor primera parte de la temporada. Hubo una posibilidad de reacción tras un penalti claro cometido sobre Boulahroud, pero el colegiado debutante Ortiz Arias no revisó la jugada en el VAR, algo que sí haría más adelante. Del penalti no pitado ni revisado se pasó al 2-0. Y ahí se acabó la historia. Que el experimento fue fallido se evidenció en el doble cambio tras el descanso. Sadiku y Adrián, máximos goleadores del equipo y que habían sido suplentes, sustituyeron a un negado Renato Santos y a un vulnerable Lombán.
La segunda parte fue aún peor en el guion de las cosas, que no en el complejo. Dos jugadas debidamente revisadas en el VAR por el árbitro (estas sí) favorecieron al Huesca. Las acciones, todo hay que decirlo, eran claras. Luis Hernández sacó el brazo en el área e impactó en Pulido. Penalti (Munir se lo detuvo a Ferreiro). Y pisotón de Adrián en la zona del tendón de Aquiles a Miguelón. Expulsión. El Málaga se quedaba con uno menos en el minuto 56, el Huesca bajó el ritmo, y el duelo perdió tensión e interés. Pero hubo agravio con la revisión de las jugadas citadas y así lo manifestó Víctor: "Con 1-0 en contra y sin hacer las cosas bien, no entiendo cómo no ha sido revisada la jugada del penalti a Boulahroud, es clarísima".
El Málaga vivió los últimos 35 minutos del encuentro en el filo de la navaja. La roja a Adrián dejó al equipo con sólo siete profesionales sobre el campo. Una expulsión de alguno de ellos hubiera provocado una alineación indebida blanquiazul y las consecuencias consabidas. Lejos de corregir esa situación, Víctor arriesgó usando el último cambio en suplir a Juanpi para meter a Juankar, que además estaba apercibido de sanción para el partido del Cádiz, en el que el equipo blanquiazul tendrá problemas de efectivos para no incumplir la citada normativa.
filosofo!! solo entrenas la cabeza? no entrenas el fisico y las jugadas paradas, que en segunda division se ganan partidos a balon parado, que engaño de entrenador! no esta preparado para llevar un equipo de perfil bajo y a la deriva , lo peo es que lleva varios partidos sin leer bien los partidos, dimite y deja alguien que lo intente