Primeros motivos reales para la esperanza

Tiene algún asterisco, pero lo cierto es que el Málaga CF llevaba sin ganar en La Rosaleda desde junio. Cinco partidos jugó el conjunto de Víctor esta temporada en Martiricos, con tres empates y dos derrotas. Resulta tópico, pero dejar escapar puntos en tu estadio es mal síntoma. Se quitó esa mochila el equipo malagueño frente al Oviedo, donde sí ofreció motivos reales para la esperanza. Los blanquiazules dieron continuidad a un señor triunfo en Riazor y parece que van cuesta arriba, aunque la muestra aún no es contundente.

Sí lo fueron estas dos victorias. El Albacete fue el otro equipo que sumó seis puntos en este tramo. A los malaguistas les sirve para escalar en la tabla y, más importante, salir del descenso. En términos numéricos, se dio algún paso adelante en la capacidad realizadora. Cuatro de los 11 goles anotados y lo que es clave, una media de dos tantos. Es una de las vías hacia los triunfos, más teniendo en cuenta que el cuadro malaguista suele generar fútbol suficiente para que sus atacantes dispongan de ocasiones. Vieron puerta dos de los principales baluartes en campo contrario, Antoñín y Sadiku. El canterano empieza a ser un fijo. También hubo buen rendimiento atrás y sólo Munir, salvador otras veces, evitó dos porterías a cero.

El Málaga exhibió sobre el césped solidez, buen juego y dominio sobre el rival. No es sencillo darle continuidad en una jungla como LaLiga Smartbank. Le sirvió para pasar por encima de dos equipos que ahora son rivales directos en el vagón de cola, se les dio un empujón hacia abajo. El impulso blanquiazul fue en la otra dirección. Es pronto, pero son victorias de más de tres puntos. Ahora el calendario ofrece una buena oportunidad para seguir con la dinámica ascendente, con dos partidos con recién ascendidos (Ponferradina y Fuenlabrada).