Mar del Plata es cuna del deporte, siempre hay una conexión con esta ciudad de Buenos Aires. De allí salió uno de los mejores jugadores de pádel de la historia, Juan Martín Díaz. También un portero que hizo carrera en España y es mano derecha del Cholo Simeone en uno de los mejores Atléticos de Madrid de siempre, Germán 'Mono' Burgos. También se le recuerda por una Copa Davis antológica que España ganó allí a Argentina. Y allí vino al mundo Gonzalo Crettaz, uno de los proyectos más emergentes de La Academia, aunque pronto vendría para España. El arquero ya tuvo su bautizo, su día de gloria. En Santo Domingo hace unos días, cuando Víctor le dio la alternativa con el Málaga CF.
"Un día viendo un partido de fútbol me dio por ser portero", comenta el joven, de la hornada del 2000. Su punto de partida bajo los palos fue el Benetúser valenciano, que le abriría las puertas años después del Valencia, donde pasó un lustro. Allí formó una generación para el recuerdo donde retumba el nombre de Ferrán Torres. También estaba Julio, ahora compañero en el Atlético Malagueño. "Teníamos un equipazo, en todas las posiciones y un buen entrenador", recuerda de los subcampeones del torneo de Brunete, donde sólo los superó el Atlético de Madrid de los hermanos Obama. Luego se marchó al Levante, salvoconducto hacia la Costa del Sol en el verano de 2017.
Fue Miguel Calzado el que dio el paso para convencer al joven, que venía de estar una temporada sin jugar por problemas en el riñón y en la rodilla. Se enroló en el histórico San Félix de Alejandro Acejo, donde también estuvieron varios meritorios del filial. Ramón Enríquez, por ejemplo, era su compañero de habitación en la residencia en esa época. "Jugué que era lo que quería y necesitaba", afirma, mientras rememora ese éxito: "Nosotros no teníamos el objetivo ni de ganar la liga ni entrar en Copa, era competir y hacer un buen año. El grupo era fantástico y la mayoría era de residencia y estábamos muy unidos. Con los entrenadores nos entendíamos muy bien y el equipo cada vez que veía que podía hacer historia se motivaba y jugaba mejor".
"A la vista está que fue una buena decisión", dice contundente Gonzalo sobre su determinación de abandonar Valencia, a la que llegó de Argentina con dos años. "Al principio fue complicado", cuenta el portero, que destaca el buen ambiente y acogida que facilitó su adaptación a un nuevo entorno: "Personalmente no conocía a los entrenadores, pero me sentí cómodo. A medida que pasaron las semanas me trataron bien y hace que te ayude a entrar mejor en el grupo. Los entrenadores me dieron la confianza que necesitaba y me lo fui ganando y terminé jugando prácticamente todo".
Después de un año en el Juvenil A, los planes de Gonzalo pasaban por el Malagueño de Pellicer, con el que también juega. Sin embargo, el panorama en el primer equipo le abrió la puerta. A él y Kellyan, que luchan a la espalda de Munir. "La pretemporada la hice y estaba la duda de si venía otro portero o no, y no surgió y estamos Kellyan y yo luchando", admite el argentino, que habla de su relación con el alicantino: "Lo puedo considerar un amigo, hablamos mucho y siempre estamos juntos. Hay rivalidad sana y al final eso hace que saquemos la mejor versión".
"Víctor me lo dijo durante la semana, que iba a jugar y que estuviera preparado. Seguí trabajando, incluso con más ganas"
Hace unos días le llegó la oportunidad de su vida, en Santo Domingo. A la tercera Fecha FIFA, Víctor le dio su premio. "Me lo dijo durante la semana, que iba a jugar y que estuviera preparado. Seguí trabajando, incluso con más ganas", asegura Gonzalo, que habla de cómo se preparó para el debut: "Lo piensas porque es un momento bonito, pero no lo afronté con nerviosismo. Piensas en las jugadas, pero eso dista de la realidad, con tranquilidad".
Un estreno con derrota, pero que no olvidará nunca. "Es algo con lo que se lleva soñando desde pequeño, no sabes cuando va a llegar. El míster confió en mí, se lo agradezco. Se afronta con ese nervio por hacerlo bien, una vez saltas al campo te tranquilizas, al menos en mi caso, al final hay que disfrutar porque si no lo haces no te salen las cosas bien. Intenté disfrutar y hacer las cosas bien", explica el arquero, que detalla los problemas que tuvo en su primer partido como profesional: "El campo no es como aquí que bota y no tan rápido. El césped no era duro, pero cuando botaba más rápido de lo normal dificultaba los blocajes. El córner que da lugar al gol era un tiro flojo pero al botar se complica".
El espejo más cercano que tiene Gonzalo Crettaz, cuya camiseta del debut fue para su padre, es Munir. El marroquí está muy encima de él, como el protagonista reconoce. "Al entrenar todos juntos te fijas en él y es un portero con experiencia. Intento fijarme en él y aprender lo máximo. Me suele dar consejos en algo que no hago bien y como me tengo que colocar, nos ayuda mucho", dice, mientras comenta que su referencia es Ter Stegen, para él el mejor del mundo. "Ahora mismo el que más me gusta, en general todo, es el más completo ahora mismo".
"Mar de Plata que es donde yo nací y ahora no voy tanto porque con el fútbol es complicado", afirma Gonzalo, al que le gusta pasar épocas largas en Buenos Aires cuando el calendario se lo permite. Aún tiene un sentimiento argentino importante, como él cuenta. "Me considero argentino aunque haya vivido más en España, mi país es Argentina", asegura el joven, que aún cuenta como extracomunitario aunque está tramitando la nacionalidad española. Aún guarda algunos rasgos de su lugar de origen. "El coraje que tenemos los argentinos, esa valentía", dice entre risas, un admirador de Messi y un fan de River Plate, al que sigue en la distancia.
El Gonzalo de las estiradas y los blocajes no comenzó en el deporte con un balón de fútbol. Lo hizo con una raqueta en la mano, que ahora coge cuando puede. "Jugaba al tenis porque mi padre era profesor", da a conocer el canterano del Málaga, que tenía buenas destrezas. Aunque Argentina es tierra de grandes tenistas como Juan Martín del Potro o David Nalbandian, ya retirado, su ídolo nació en Suiza. "Cuando puedo los suelo ver, me fijo mucho en Federer que para mí es el mejor. Siempre que puedo lo veo", termina.
Es la historia de Gonzalo Crettaz, uno de los jugadores de una progresión más interesante en la cantera del Málaga. Atado hasta 2022, como otros talentos del filial, sigue andando hacia adelante y ya derribó una puerta importante. Del último arquero argentino en La Rosaleda, Willy Caballero, hay grato recuerdo. Este niño de Mar del Plata tiene los muebles bien ordenados en su cabeza, quizá hace mucho que sus padres estén con él en Málaga, y el hambre y la ambición para llegar. Ya dio el primer paso.