Pudo ser peor. Ese puede ser un buen resumen de lo ocurrido este domingo en La Rosaleda. El Málaga CF vuelve a dejar escapar dos puntos, pero las formas fueron diferentes. Cuando el enfermo parecía que no tenía cura, cuando el equipo perdía a por 1-3 y quedaban algo más de diez minutos, el equipo demostró tener alma para levantarse y al menos sumar un punto ante un Elche que se irá con sabor amargo de Martiricos.
Salía Víctor Sánchez del Amo con un once muy renovado, con los internacionales Munir, Mikel Villanueva, Juanpi y Keidi Bare en el equipo titular. La quinta novedad fue Sadiku, que jugó la segunda parte en Santo Domingo y este domingo ya fue de la partida en Martiricos. Fue Dani Pacheco quien acompañó en la sala de máquinas a Keidi, quedando Juankar como extremo zurdo y Juanpi en el costado diestro.
Salió con ganas de agradar el Málaga, intenso en la presión y buscando la portería de Edgar Badía aunque sin ser capaz de generar ataques realmente peligrosos. Juankar empezó siendo el más activo en esa posición más adelantada. Una internada suya en el área en el minuto 20 fue la llegada más clara del Málaga, que del posible 1-0 pasó al 0-1. Una pérdida desembocó en un balón en largo para Josan, que se deshizo fácilmente de Mikel Villanueva con un gran control y luego fue objeto de penalti. La pena máxima la cometió y la encajó Munir, al que Fidel engañó con su lanzamiento.
Respondió bien al mazazo el equipo, pero sigue faltando acierto. Sadiku tuvo una a la media vuelta en el área, pero su disparo con la zurda se estrelló en la base del palo y la ocasión quedó en nada. Pero el fútbol va de goles, y el Elche fue un ejemplo de efectividad. Otra jugada de los ilicitanos por la derecha, pasividad de la defensa y balón muerto que el propio Fidel mandó al fondo de las redes con su pierna izquierda. Jarro de agua fría tremendo que enmudeció a una Rosaleda decepcionada de nuevo en media hora.
Pudo ser peor la herida porque el Málaga pareció descomponerse tras ese 0-2, pero cuando peor estaba el partido un gol de Dani Pacheco devolvió la ilusión al equipo y a la afición. El de Pizarra la empaló con la derecha tras una dejada de Juanpo y desde la frontal batió a Edgar Badía. Celebró con rabia su primer gol en La Rosaleda el malagueño, que recortó distancias para al menos marcharse a los vestuarios con otro ánimo pese a que los visitantes siguieran creando mucho peligro con muy poco.
Volvió de la caseta el Málaga metido. En apenas unos segundos Juanpi ya había gozado de una oportunidad para igualar la contienda pero Edgar Badía, bien colocado, sacó su remate con los pies. Se hizo grande el meta ilicitano, que poco después salvó a los suyos con un paradón a remate de Sadiku. La empaló bien de primeras el albano, pero Badía sacó una mano tremenda y mandó el balón a córner. Apretaban los blanquiazules, sin acierto como casi siempre, pero embotellando al Elche, nada cómodo en la segunda parte hasta que de nuevo en una jugada con apenas tres toques vacunó al Málaga por medio de Gonzalo Villar, que remató solo y batió a Munir para hacer el 1-3.
Un penalti provocado por Juankar y transformado por Sadiku devolvía al equipo al partido, y en el 81' La Rosaleda estalló de júbilo cuando Antoñín remató con el alma un gran centro de Mikel Villanueva y igualaba la contienda. Lo que es la cabeza... El Málaga se vino tan arriba tras el empate que encerró en su área al Elche hasta el final del partido en busca de un triunfo que volvió a resistirse.
En cualquier caso, el subidón y el punto no pueden esconder las carencias del cuadro dirigido por Víctor. No todo se limita a la falta de gol (hoy marcó dos). El Málaga estuvo desordenado en muchas fases del encuentro, blando e incapaz de contener a un rival que sabía muy bien a lo que venía. Ya se han disputado 17 jornadas y el Málaga ha sumado 16 de los 51 puntos en juego. Y sigue en descenso, cuarto por la cola.
Autocomplacencia de periodistas, entrenador, jugadores y aficionados. Porqué no tuvieron también alma en la primera parte? Sres. que estamos en descenso y un punto no nos sirve. Sigue la debacle.