El triunfo del Málaga CF en La Rosaleda ante el CD Tenerife estuvo plagado de grandes jugadas, sobre todo por parte de los blanquiazules. Pero hubo una que levantó al malaguismo que acudió al estadio de sus asientos: Antoñín Cortés volvió a hacer una jugada que dejó boquiabierta a la afición.
Tras una pase de Luis Hernández, se fue de dos rivales con un quiebro torero y remató con la zurda desde fuera del área. El balón se marchó cerca del palo izquierdo de la portería defendida por Adrián Ortolá.
Una acción, la de Antoñín, digna de convertirse en la Jugada Merkur del Málaga-Tenerife.