Hoy por hoy, motivado en buena parte por todo lo que ocurrió en verano en las oficinas de Martiricos, Luis Muñoz es uno de los hombres importantes en el Málaga CF. Cierto es que en las últimas semanas ha perdido foco, pero son ya 11 comparecencias esta temporada -10 de ellas en el once- ya sea de central o como centrocampista. Su polivalencia es un aval para Víctor, que ha comprobado que la garra y el corazón malaguista del canterano es un plus en esta tenebrosa temporada. Hasta llegar aquí Luis Muñoz ha sorteado las curvas del camino desde que despuntara en el Atlético Malagueño. A superarlas ayudó, por ejemplo, la 'mili' en Lugo.
Si bien en la 2016/17 hizo sus primeros pinitos con el primer equipo, la temporada posterior tenía que servir para que diera el salto desde el filial. Volar más alto, dar un paso importante en su carrera. Esa 2017/18 terminó de manera amarga para el Málaga, que descendió, y en ella no tuvo espacio Luis Muñoz. Como consecuencia salió cedido al Lugo, al que se medirá este sábado en La Rosaleda, aunque en tierras gallegas nunca escondió que su única intención era la de regresar a casa para triunfar en el equipo de su tierra.
No fue sencilla la aventura en un Lugo que por aquel entonces entrenaba Francisco. Luis Muñoz arrancó con minutos, pero desapareció durante un par de meses de los planes de su entrenador. Bernardo, Josete o Ignasi Miquel le cerraban las puertas, pero fue el fichaje del exjugador del Arsenal por el Málaga el que permitió que Luis Muñoz luciera algo más, aunque no en demasía. En total, disputó un total de 924 minutos repartidos entre 13 envites. El Lugo, tras una temporada plagada de altibajos, logró amarrar la salvación con cierta solvencia.
Ni el descenso a Segunda del Málaga hizo que Luis Muñoz tuviera un hueco en busca de un ascenso que no llegó. El club decidió que volviera a salir y el defensor se marchó al Córdoba, un equipo inmerso en una terrible crisis institucional que terminó costándole el descenso. De lo poco salvable fue Luis Muñoz, 27 veces titular y que conectó por su entrega con la afición califal. Fue entonces cuando, como él pretendía, regresó al Málaga para ser uno más de la primera plantilla pese a la ficha no profesional que carga a cuestas.