Han pasado cuatro meses desde que el Cádiz asaltó La Rosaleda. Lo hizo después de una semana que rozó lo esquizofrénico en el Málaga CF por las múltiples bajas que tuvo entonces Víctor, tanto por lesiones como por los diferentes compromisos internacionales. De hecho, el madrileño sólo pudo contar con diez jugadores con ficha profesional para su convocatoria, que fue de 16 hombres. Tales fueron los problemas que el club solicitó el aplazamiento del choque, pero la RFEF no aceptó. Ahora, con los papeles cambiados, es Pellicer el que mira hacia el Carranza con un panorama absolutamente diferente.
Después del entrenamiento de este jueves sólo hay un jugador del primer equipo ocupando la enfermería: Keidi Bare, con ficha del filial. El resto de 'tocados', como por ejemplo Mikel Villanueva, han dado los suficientes pasos adelante para estar a disposición de su entrenador de cara a la visita al líder de LaLiga SmartBank. También hay que contar la ausencia sine die de Cristo, quien curiosamente fue titular en el choque de ida (uno de los dos que jugó con el primer antes de lesionarse). Por recordar, el once elegido por Víctor fue el siguiente: Kellyan; Luis Hernández, Lombán, Diego González; Keko, Rolón, Luis Muñoz, Boulahroud, Benkhemassa, Cristo y Sadiku.
En resumen, de las 10 fichas profesionales que tuvo Víctor pasamos ahora a las 18 -todas- con las que cuenta Pellicer. El cambio de contrato de Antoñín permite esta circunstancia que, obviamente, representa una 'tranquilidad' para el actual preparador malaguista. A sus números, los cuales le sostienen como técnico de la primera plantilla pese a que el club no le ha quitado la etiqueta de interino de forma oficial, se le une la posibilidad de abrir el abanico y encontrarse diversas opciones para afrontar el partido en el Ramón de Carranza. Ahora sólo queda que de la chistera, pero sobre todo del trabajo realizado durante la semana, aparezca la fórmula para derrotar al líder de la categoría.