El Málaga CF se trajo de Gran Canaria un punto que consolida el buen momento de los de Pellicer, que se agarraron a Munir en el peor momento del partido para rascar algo positivo gracias a la chepa de Lombán. El de Avilés repitió como goleador por segunda semana consecutiva para permitir que el Málaga siga sumando. No se pudo ganar, se cortó la racha victoriosa, pero puntuar es una buena noticia. Faltó tino en los metros finales cuando Las Palmas más sufrió, pero es sintomático el cambio de tendencia en el equipo. El punto nutre y eso es lo más importante.
El comienzo fue del Málaga. De un buen Málaga, que partió dominando la pelota y probando los nervios de la zaga insular. Fruto de esa puesta en escena llegó la primer ocasión, de Juanpi, que no fue capaz de embocar el balón después de un despeje de Álvaro Valles. Tocaron con criterio los hombres de Pellicer, que conjugó un centro del campo con Keidi y Luis Muñoz como perros de presa; además de Pacheco, Juanpi y Tete como los nexos con un Sadiku cuyo bajón de rendimiento es palpable. Está en todas las batallas, pero sólo con eso no basta.
Llegaron los tímidos pitos a la grada y también la polémica, justo tras una semana en la que la UD Las Palmas agitó la coctelera arbitral por boca, por ejemplo, de Pepe Mel. Lombán prolongó al segundo palo y Sadiku fue agarrado en boca de gol. El estirón de la camiseta fue evidente, aunque insuficiente para el colegiado. El VAR ni se presentó en escena, por cierto. A partir de ahí el Málaga perdió el dominio y Las Palmas cogió aire, sobre todo por el costado de Ismael Casas. Luis Hernández le quitó el gol a Narváez y acto seguido Javi Castellano cabeceó libre de marca con Sadiku y Munir echándose la culpa en el área pequeña.
Narváez comenzó a sentirse más liberado, también un Pedri que huele a futbolista de época. La medular malaguista desapareció y Sadiku volvió a mandar al limbo una buena opción. No tenía ángulo tras un rebote, pero el remate, totalmente impreciso, fue un reflejo más de que no es el Sadiku de semanas atrás. Ismael vio la amarilla y Las Palmas insistió por ahí. Narváez lo entendió, le robó la cartera en un pelotazo y puso en muchos problemas a Munir con un remate que golpeó en Lombán y despistó al arquero, que resolvió con muchos apuros la opción. Fue lo último con peligro de la primera parte, que se perdió con los dos equipos más pendientes de no equivocarse que de hacer daño a su oponente.
La segunda parte comenzó con Cifu entrando por Ismael Casas y con la peor de las noticias: el gol de Las Palmas. Un córner botado por Aridai fue cabeceado por un Curbelo que estaba absolutamente solo. Ni un jugador de rosa a su alrededor, un fallo defensivo de bulto que puso al Málaga por debajo. El escenario cambió y pudo hacerlo más todavía si Munir no evita un cabezazo a bocajarro de Rubén Castro, que por suerte reaccionó lento al rechace. Tiró de reflejos el portero del Málaga para negar el 2-0. Tardó 10 minutos en asomarse en ataque el Málaga y fue de nuevo con Sadiku, que cazó con pillería un centro de Luis Muñoz para, al menos, avisar a Las Palmas. Movió el árbol Pellicer en el minuto 60, entró Hicham y salió del verde Keidi Bare con un 'globo' importante.
Pedri hizo de las suyas en la frontal, desmontando a los centrales con un recorte seco, y probando suerte con un tibio remate de zurda que atajó un Munir que sostuvo a su equipo cuando estaba la borde del precipicio. Un paradón tremendo a Rubén Castro, que buscó el palo largo con la derecha y se encontró con una mano espectacular del portero. Una acción calve, porque un minuto después, en el 66', Lombán marcó por segunda jornada consecutiva. De nuevo a balón parado, en un córner y con un remate nada ortodoxo con parte trasera del hombro. Todos valen y éste, justo cuando peor lo pasaba el Málaga, supo aún mejor.
Las Palmas comenzó a perderse en protestas, volvió el sonido de viento en la grada y Mel hizo un favor retirando del campo a Pedri, el mejor de largo. Se puso el tema para un último arreón, para un chispazo como el de un Hicham que probó desde lejos para obligar a Valles a la estirada. En ese alambre de los últimos minutos, en el correcalles que propuso Las Palmas, el Málaga presentó mejores cartas en la mesa, aunque tímidas. Un tirito de Hicham, un centro al que no llegó Juanpi. Poca cosa. El último cambio de Pellicer, no obstante, fue para contener: Boulahroud por Pacheco. Ni rastro de Buenacasa una semana más. No hubo actividad en ninguna de las áreas y eso, lógicamente, se tradujo en la certeza del reparto de puntos. Otra semana sumando, ni tan mal.