La cuarentena puede ser una cárcel encubierta para unos o un paseo por las nubes para otros. Es el caso de Weligton, la leyenda del Málaga CF que está viviendo estos primeros días del virus en su país natal, Brasil, pero que lo hace en un escenario casi paradisíaco, en Américo de Campos, a 90 kilómetros de São José do Rio Preto. Y es que a cualquier futbolero le gustaría estar confinado en la casa del central brasileño rodeado de naturaleza y con un espectacular y envidiable campo de césped natural.
En Brasil el fútbol es una religión. Y no es de extrañar que el futbolista esté rodeado de uno de los templos que allí veneran. En el vídeo superior se puede observar cómo Weligton cuida el césped junto a una de sus hijas con su máquina cortadora. Todo para dejar el verde en perfecto estado, casi mejor que algunos campos de LaLiga SmartBank en España.
"A veces me pilla llorando. Tengo un campo de fútbol en casa y desafortunadamente no puedo disfrutar de él"
Pero por desgracia para el brasileño no puede disfrutar de ese espectacular campo ya que la grave lesión que le obligó a retirarse le tiene lastrado. De hecho, sus lamentos son profundos al respecto y así lo ha confesado en una entrevista a ElDesmarque Málaga. "Seguro que me opero. Bueno, a veces me pilla llorando. Tengo un campo de fútbol en casa y desafortunadamente no puedo disfrutar de él. A veces me pongo triste y a llorar pero miro alrededor y veo a gente en muletas, en silla de ruedas, con piernas amputadas o que no pueden andar y veo soy un privilegiado", afirma.