Ha pasado un mes y parece una eternidad. El 8 de marzo fue la última vez que el Málaga CF disputó un encuentro, ante el Real Zaragoza. Nada hacía presagiar lo que ocurrió días después, el estado de alarma, el confinamiento y el traslado a una rutina casera, sin entrenamientos y, lógicamente, sin partidos. Hay mono de fútbol, eso está claro. E interés porque el balón vuelva a rodar cuando las condiciones sanitarias lo permitan. Ya hay fechas propuestas por LaLiga, pero también controversias en los procedimientos.
Mientras tanto, cuatro partidos del Málaga se han quedado por el camino. El equipo blanquiazul debía haber recibido en estas semanas al Huesca y al Extremadura en Martiricos, y visitado al Tenerife y al Lugo. Este fin de semana estaba prevista la jornada 36 de LaLiga SmartBank con un partido en La Rosaleda ante el Girona. Será el quinto encuentro que se quede en el tintero y que habrá que recuperar a marchas forzadas cuando la competición se reanude.
El Málaga debía haber recibido en estas semanas al Huesca y al Extremadura en Martiricos, y visitado al Tenerife y al Lugo.
Hay que recordar que al término de la jornada 31, cuando se produjo el parón, el Málaga estaba ubicado en la 14ª posición de la tabla con 38 puntos, con un colchón de cuatro equipos y tres puntos por encima del descenso. La derrota ante el Zaragoza de hace hoy un mes había roto una buena dinámica, pero las sensaciones a esas alturas de campeonato estaban siendo de largo las mejores del curso.