Si leen el nombre de Jorge López Marco puede que no les suene a nada. Si leen Tote, la cosa cambia. El exjugador, talentoso y de fina zurda pero que nunca terminó de descollar, es hoy día agente de futbolistas. Una etapa distinta, pero sin alejarse demasiado del verde. En el de La Rosaleda, pese a que sólo estuvo media temporada -la segunda vuelta de la 2004/05- sintió un cariño que no ha podido olvidar. Pero cree, como aseguró en una entrevista en ElDesmarque Valladolid, que no dio ni una mínima parte de lo que recibió. Es, según sus palabras, una de las mayores espinas clavadas de su carrera (ver vídeo superior).
"Una de las cosas que en mi carrera, seguramente la primera, daría vuelta atrás sería poder dar mi fútbol a toda esa gente. Haber llegado en una situación mejor de mi cabeza, físicamente, con mi vida ordenada. De haberles hecho disfrutar. Es una espina que tengo clavada, esa gente se merece mucho. Ojalá que el Málaga vuelva a ser lo que ha sido siempre y que esa gente disfrute. Conmigo tuvieron un detalle que mi familia y yo no nunca lo vamos a olvidar. Hay veces que sigo hablándolo porque me emociona porque no me lo esperaba".
Se refiere Tote a su primer encuentro como malaguista en La Rosaleda (ante el Mallorca en febrero de 2005). "Me acuerdo del primer partido, cuando salí a calentar se levantó el campo y me empezó a ovacionar... se me saltaban las lágrimas. Nunca creí que me iba a pasar esto en mi vida", cuenta un Tote al que Málaga se le quedó como "un sitio que quiero muchísimo sin tener un apego o sin haber tenido nada sentimental".
En la charla, Tote recuerda cómo se gestó su cesión al Málaga. En ella, curiosamente, tuvo mucho que ver José Luis Pérez Caminero, exdirector deportivo blanquiazul. Por aquel entonces acababa de retirar las botas pero sus llamadas ya convencían a futbolistas: "Llegaba del Betis de una temporada muy jodida, apartado, con mil problemas con la gente del club y entrenando solo. Me llamó Caminero, con el que tengo mucha amistad, que me quería Manzano. Yo dije que sí, que me iba cedido".
Esta misma temporada, Tote tuvo de nuevo relación con Caminero y el Málaga. Todo a merced de un fichaje, el de Raúl Lizoain, que terminó quedando en nada porque LaLiga lo echó atrás cuando todas las partes tenían un acuerdo: "LaLiga tenía muy enfilado al Málaga por el dueño, por lo que estaba haciendo. Por las cosas tan poco profesionales que estaba haciendo. Caminero quería al chaval, Víctor igual. Koke Contreras, que es muy amigo mío, me dijo que apostaban por él. Fue un tema de LaLiga, que no dio permiso. Es una pena porque a mí me hacía mucha ilusión que Raúl pudiera jugar a ese club, le hablé maravillas. Le dije que iba a ser muy feliz y él estaba convencido, pero no tuvo que ver con nosotros".