Todos los testimonios consultados para describir a Paquito coinciden en un adjetivo: valentía. A decir verdad, y si me permiten hablar en primera persona, mis primeros flashes en La Rosaleda son con él en el campo. Recuerdo aún una baraja de cartas con jugadores de Primera División y Paquito como naipe blanquiazul. Para muchos de la ‘Quinta de Naranjito’ Paquito fue nuestro primer delantero, el materializador de nuestros primeros gritos de gol. Para el CD Málaga fue su último Pichichi. Corrían los finales de los 80, etapa de cambios estructurales en el mundo y también las últimas cuestas de la montaña rusa del padre del Málaga CF.
José Francisco Sánchez González no era polaco, no. Todo el mundo lo conocía como Paquito. Jugó un lustro en el CD Málaga (86-91), club al que llegó procedente del Granada de Joaquín Peiró. Al principio le costó adaptarse y recibió algunas críticas, pero de la mano del entrenador Antonio Benítez, que le tenía plena confianza, fue a más. Anotó 63 goles en 167 partidos, con buenos registros en sus dos años de blanquiazul en Primera y colándose entre los máximos artilleros de Segunda en la campaña 87/88, la del ascenso del ‘SuperMálaga’. 22 goles sumó este bravo ariete madrileño con dejes andaluces. Marcó hasta con el trasero en un tanto muy recordado tras un despeje de un defensa, pero sobre todo hizo buenos aquellos servicios endulzados de Juanito, Esteban, Rivas…
Paquito era un delantero muy valiente. Metía la pierna en un avispero. Daba y le daban. Iba a la verdad y era un gran rematador de área
Decíamos que era un delantero muy valiente. Metía la pierna en un avispero. Daba y le daban. Iba a la verdad y era un gran rematador de área, especialmente de cabeza. En el vestuario era un futbolista muy bromista, cercano con la prensa y muy buen compañero, destacando la gran relación que construyó con Mario Husillos. Ambos formaban una pareja temida por los defensas rivales en el campo. Venían de vuelta y ejercían su oficio con pierna dura. Inolvidable para los que la vivieron y aún la relatan aquella anécdota en la que salió del Heliodoro Rodríguez López vestido como Policía Nacional tras una provocación a la afición tinerfeña. Pepe Losada, entonces delegado, templó unos ánimos bastante caldeados y tuvo la ocurrencia para evitar males mayores.
Aunque el Málaga fue el equipo de su vida, en el que más jugó y en el que más marcó, Paquito se formó en el Atlético de Madrid, pasando después al Granada. Luego recaló en Martiricos, Mérida o Getafe. Y tuvo un retiro cercano en el Vélez de Fernando Rosas, un inolvidable Vélez de Segunda B con Burgos, Ángelo, Ayala, Paco Pérez, Espejo… Allí se le perdió la pista del fútbol activo, que luego retomó con su oficio de representante, trabajando con varios agentes de prestigio.
Hoy repasamos algunas de las fotos de Paquito, para muchos nuestro primer delantero, y para el Málaga su último Pichichi. Mariano Pozo nos las trae en nuestra sección para la cuarentena ‘Del negativo a la web’.
Me.encantaba paquito