366 días (2020 es año bisiesto) han pasado desde que el Málaga CF abriera la pasada temporada en LaLiga SmartBank en Santander. Con una plantilla en pañales y una ristra de canteranos en la convocatoria, el cuadro blanquiazul -de rosa aquella tarde- ganó a última hora con un solitario gol de Adrián (ver vídeo superior). Fue el primero de los días en los que el equipo desfiló como un funambulista por una cuerda por el límite de las fichas. Se lesionaron Luis Hernández y Lombán, acabó el equipo con sólo siete jugadores profesionales. El Racing creyó ver un oasis donde no lo había y denunció por una presunta convocatoria indebida -que no alineación, realmente- por llevar a Santander nueve y no seis jugadores con ficha no profesional. Hicieron ruido, pero el Comité resolvió con sólo una ínfima multa de 301 euros.
Pues bien, un año exacto después la 2019/20 todavía no ha acabado. Dos equipos, Girona y Elche, se jugarán un último puesto en LaLiga Santander después de una temporada prorrogada por una pandemia y también por el embrollo del Deportivo-Fuenlabrada que aún colea. En A Coruña siguen empeñados en lograr la salvación, lo que se está viviendo en las últimas semanas roza lo irracional. Con las piezas del tablero aún por terminar de completarse, el Málaga inició este lunes su segunda semana de entrenamientos. Han cambiado muchas cosas desde el 17 de agosto del 2019, pero no las dudas sobre cómo será la plantilla de la siguiente temporada.
Límite salarial, nombres importantes en la rampa de salida, refuerzos que no acaban de llegar... la sinopsis de la película pudiera parecer la misma, ciertamente. De aquel partido en El Sardinero a estos entrenamientos en la Federación, con la mirada puestas en las oficinas y con un primer amistoso, el próximo domingo frente al Valladolid, que se disputará el mismo día en el que se pondrá el broche definitivo a la 2019/20. Más de un año después se acabará una temporada agitadísima para el Málaga. El curso de Víctor, de Pellicer, de Shaheen, de Al-Thani, del administrador judicial, del coronavirus, de los partidos a puerta cerrada o de una salvación agónica. 366 días que parecieron una eternidad.