Un bolo en tiempos de despachos (19:00)

El Málaga CF afronta esta tarde en Marbella el primer bolo de pretemporada en un momento, podemos decir, inoportuno. Y eso que sólo restan tres semanas para el inicio de la competición si se cumplen los planes de LaLiga. Debería ser una oportunidad para ver los primeros avances del trabajo colectivo, pero al club blanquiazul se le ha juntado el hambre con las ganas de comer. No termina de ejecutar una reconversión salarial necesaria para poder competir este curso y en el vestuario se piensa de todo menos en el partido de esta tarde ante un rival de Primera como el Real Valladolid (19:00 horas, 101 TV y Footters).

Son tiempos de negociaciones, de despachos, más que de balones. Porque aún no están sólidos los cimientos de la plantilla. Más de 10 jugadores están en la picota por sus altos emolumentos, y la gran mayoría no continuarán (está por ver cómo se resuelve cada uno de los casos). Unos no cuentan a nivel deportivo, otros tienen mercado y ofertas pero no terminan de salir, otros negocian reducciones, y sólo un pequeño grupo de profesionales más la pléyade de canteranos sí tienen la cabeza plenamente en la competición de color blanquiazul. El club aparenta tenerlo todo bajo control, pero en el vestuario hay un malestar evidente. Y en medio un partido de fútbol y un entrenador que tendrá que confeccionar un once como si fuera un malabarista circense (al menos no tendrá restricciones federativas).

Hay que añadir a lo ya dicho las secuelas del coronavirus, con varios jugadores positivos, y alguno más confinado. Y varias lesiones. Y que tampoco están llegando los fichajes en esta situación de punto muerto. Ver a Orlando Sá de corto es uno de los atractivos de la tarde. También a alguno de los canteranos que han ido subiendo en los últimos tiempos y a los que todavía no se les ha podido contemplar con el balón rodando. En suma, un bolo en tiempos de despachos, pero un partido. Hoy juega el Málaga, y eso siempre suena bien llueve, truene o haga terral.