El estrecho vínculo del jugador del Logroñés Álvaro Arnedo con Algarrobo

Era un viaje repetido y feliz. Suponía atravesar el felpudo de las vacaciones. El dejar atrás los estudios y la rutina de Logroño para iniciar las Navidades, la Semana Santa, o el verano en casa de los abuelos en Algarrobo, pueblo malagueño de la comarca de la Axarquía. Años felices de sol y despreocupaciones. Los veranos de Algarrobo se iniciaban bajando Las Pedrizas y entrando a Málaga por Ciudad Jardín, dejando a la derecha La Rosaleda, estadio que tantas y tantas veces vio mutar Álvaro Arnedo cuando viajaba por carretera para llegar hasta la casa de peones camineros donde vivían sus abuelos Miguel y María, junto al cuartel de la Guardia Civil en Algarrobo, a 35 kilómetros de la capital.

El destino, desventurado con este joven futbolista del Logroñés que en dos años pasó tres veces por el quirófano por una grave lesión de rodilla, quiso que precisamente Martiricos fuera el lugar simbólico en el que todo iba a cambiar para él y para su equipo. En Málaga, donde nació toda su familia materna y también su madre, Lola. Porque en La Rosaleda logró rubricar el Logroñés su retorno a Segunda División, categoría en la que Álvaro Arnedo ha debutado este año. El club riojano apostó por su canterano cuando peor lo pasaba por la rodilla y ahora saborean las mieles de plata juntos. Este domingo visitan de nuevo La Rosaleda, génesis de su renacimiento, para enfrentarse al Málaga en el último partido del muy mejorable 2020.

“Estoy muy unido a Málaga porque tengo muy buena relación con la gente de allí, mucho aprecio, son mi sangre"

“Estoy muy unido a Málaga porque tengo muy buena relación con la gente de allí, mucho aprecio, son mi sangre”, confiesa Arnedo en una agradable conversación con este medio mientras pasea por las calles de Logroño. Han sido muchos meses en Algarrobo junto a sus abuelos, fallecidos recientemente. “Me acuerdo muchísimo de ellos y me habría encantado que mis abuelos pudieran verme jugar en La Rosaleda en un partido de Segunda, pero lamentablemente no va a ser posible”, relata contrariado.

Su estrecho vínculo con Málaga floreció cuando su padre, natural de Logroño, se vino a vivir a la Costa del Sol para estudiar Informática. Aquí conoció a su madre y, por cuestiones de trabajo, la vida les llevó de nuevo a La Rioja, donde nació. Pero las raíces nunca las ha olvidado Álvaro Arnedo, que estas Navidades no podrá pasarlas en Málaga por la pandemia. “Tengo una tía abuela, de 85 años, y no hay que tentar a la suerte”, reconoce con responsabilidad. De hecho, el futbolista del Logroñés cogió el virus el pasado verano en Málaga, “su segunda casa”, como señala.

Así que este año se quedará sin su paseo por Calle Larios y sin saludar a sus muchas amistades y familiares en Algarrobo, donde tienen campos en los que cultivan los productos típicos de la zona (mangos aguacates... ) gracias al clima tropical. Y sí, en Algarrobo, tierra de las exquisitas y afamadas tortas de aceite. ¿Hay algo más malagueño que una torta de Algarrobo? Pues por tener, Álvaro Arnedo tiene hasta vínculos con ellas: “¡La novia de mi primo trabajaba en la tortas de Algarrobo!”.

"Que el Málaga gane todos los partidos menos éste"

Hablando, el Logroñés llega a Málaga sumido en un bache importante, con varias derrotas consecutivas y un tropiezo en Copa ante el Amorebieta: “Llevamos una racha mala, pero el equipo está bastante fuerte, con ganas de que llegue el partido y coger las vacaciones con una victoria. Somos un equipo unido, trabajador y nos apoyamos bastante. Tarde o temprano llegará y esperemos que sea este fin de semana. Yo deseo que el Málaga gane todos los partidos menos este”, analiza Arnedo, simpatizante del club blanquiazul: “Ha sido un equipo que siempre he seguido. A priori parecía una temporada complicada, pero al final nos está sorprendiendo a nivel de juego y resultados. Ojalá tengan un mal día el domingo”.