Keidi Bare fue el gran traspaso del pasado verano en el Málaga CF. Se intuía desde antes de acabar la temporada anterior, era un jugador con cartel y cuya juventud y crecimiento eran buenos avales para realizar una inversión significativa. Fue el Espanyol el que más apostó, dejando en las necesitadas arcas de Martiricos dos millones fijos, además de otro más en variables y un porcentaje del 10% de un futuro traspaso. En el Espanyol, claro candidato al ascenso, se ha hecho con las llaves de la titularidad y sin ser ese jugador con tendencias a las amarillas -sólo dos esta temporada-. Desde Barcelona, en una entrevista para As, tuvo bonitas palabras para el Málaga y reconoció que trata de ver al equipo siempre que puede.
"He visto casi todos sus partidos. Después de vivir allí dos años y de estar cerca del club, sé cómo trabajan, qué dificultades han tenido y sé que salen a tope, que son gente de allí, de la cantera y que hacen todo lo posible para devolver al Málaga donde se merece, que es en Primera", señaló con cariño un Keidi Bare que esta temporada se quedó sin regresar por una lesión a La Rosaleda en el encuentro que midió al Málaga y a su actual equipo. Si nada se tuerce, todo apunta a que volverá a verse las caras con el cuadro de Pellicer en el duelo de la segunda vuelta (jornada 37).
Hasta la fecha, sus números con el Espanyol son 16 partidos jugados, 10 como titular, y un total de 812 minutos. Todavía no ha visto puerta el albanés, que continúa siendo un fijo con su selección, tal y como lo era cuando jugaba en un Málaga en el que creció tan rápidamente como lo está haciendo en su nueva casa: "A mí no me gusta hablar de techo. No me pongo límites".