Folch atrasa el reloj del Málaga

Un nuevo gol con mucha polémica retrasó el derecho a soñar de un Málaga CF que no supo guardar la ropa cuando achuchó el Tenerife en la segunda mitad. Hasta el 1-1 el cuadro de Pellicer había aprovechado la única ocasión que tuvo, un gran gol gestado entre Jozabed y Jairo que terminaron remachando a pachas entre Luis Muñoz y Nono. Le metió anestesia el cuadro blanquiazul a la segunda parte, quizá demasiada, sobreviviendo con un par de buenas paradas de Juan Soriano hasta que Ocón Arráiz en el campo y Gorostegui Fernández en el VAR se llevaron el foco. Qué raro -nótese la ironía-, otra jornada con una actuación arbitral a cuestionar.

La jugada del empate invita a cualquier hijo de vecino a señalar juego peligroso de Ramón Folch. Un rechace cayó a los pies de Juan Soriano, en área pequeña, y el portero malaguista se lanzó a por el esférico. Ahí apareció Folch con la planta por delante, de forma clara a tenor de las imágenes. El del Tenerife toca el balón, queda muerto casi en la línea y desde el suelo remacha en presencia de su compañero Manu Apeh. Una jugada que en el centro del campo no entendería de grises en el 99% de las veces: sería juego peligroso. Pero Ocón Arráiz decidió no señalar lo evidente, de hecho hubo desconcierto en el campo entre los jugadores. Protestas y el VAR que analizó, pero no llamó al árbitro a la pantalla. Una de esas decisiones que por mucho que se empeñen nunca nos van a aclarar.

Hasta ese momento el Málaga repitió plan, con su 4-1-4-1 y con la única novedad de Jairo por Joaquín Muñoz. Un plan que ya sale de memoria y que llevó al equipo a gestar un gran gol en el minuto 22. Jozabed conectó de fantasía para el desmarque de Jairo, que estuvo muy bien en la primera media hora y que puso un pase al sitio de la verdad para el remate llegando como un camión de Luis Muñoz. Llegó antes, lo suficiente para que el desvío de Nono acabara con el balón dentro del arco de Dani Hernández. Un gol que daba una ventaja que pudo ser ampliada antes del descanso con un disparo de falta de Jozabed que desvió con acierto y apuros Dani Hernández.

Pero en la segunda parte los de Ramis crecieron, los cambios le sentaron bien y el Málaga prefirió quedarse con el botín que tenía en vez de buscar, como en Logroñés, el segundo. Nono avisó desde lejos y Juan Soriano, en dos ocasiones, impidió el 1-1 Especialmente buena fue su intervención a un cabezazo de Fran Sol en el que posiblemente fue el único despiste de Josua Mejías en la zaga. Achuchó el Tenerife y encontró el premio del gol de Folch. Ahí, el Málaga quedó temblando y nervioso, metiéndose atrás y quedando a merced de un Tenerife que se quedó sin tiempo en el reloj. Ese que se atrasó para un Málaga que al menos suma un punto más para su mochila.