Hay que conseguir la permanencia cuanto antes. La frase resuena como una oración en el vestuario del Málaga CF. Primero porque es la siguiente pica antes de mirar al play off, y segundo porque el escenario cambia a partir de la próxima jornada, la 34ª de LaLiga SmartBank. Desde entonces se endurecen las normas aprobadas a principios de campeonato por la RFEF y LaLiga. Las mismas se vuelven inflexibles en caso de que un equipo no pueda afrontar un partido por los problemas sanitarios que el virus pueda ocasionar en una plantilla. Si el coronavirus entra en el vestuario del Málaga supondrá un problema acrecentado por varios factores además: sólo se cuenta con 18 fichas profesionales; el calendario se comprime muchísimo en su tramo final (los últimos cuatro partidos son en 14 días); el nivel de los próximos rivales –se enfrenará a varios equipos de la parte alta–; y la no financiación de los vuelos chárter por parte de LaLiga también en este tramo, lo que empuja a las plantillas fuera de la burbuja. Resumen, hay que extremar aún más las precauciones y sumar cuanto antes los puntos necesarios –parece que bastará con alguno menos de 50–.
De ahí que el partido ante el Albacete recobre una dimensión especial, por el zarpazo que puede suponer al objetivo. La gestión de la pandemia ha sido más que eficaz en el vestuario del Málaga hasta ahora. Sólo pasaron el coronavirus algunos canteranos en la pretemporada, luego un contacto de Luis Muñoz con un positivo de su entorno y por último la infección de Lombán, ya recuperado. "A partir de la jornada 34 con este bicho del COVID-19 puede haber situaciones en las que puedes perder puntos si tienes un brote. Ahora quedan nueve finales, la primera contra el Albacete. Tenemos que estar en alerta", señaló Pellicer tras la victoria en Lugo. Por eso se insiste en que el del domingo es un partido clave, porque cuanto antes se amarre la permanencia mejor. Y así lo saben en un vestuario muy responsabilizado salvo casos muy puntuales y con lecciones ya aprendidas.
El problema de la no suspensión de los partidos por tales motivos y la consiguiente derrota por 3-0 se hace más grave en el Málaga por los condicionantes arriba expuestos. Tener sólo 18 fichas profesionales deja con poca cintura al entrenador en caso de lesiones, sanciones y positivos. Al menos se ha recuperado la ficha de Orlando Sá, que tiene validez por sí misma y para ocasiones puntuales que se puedan precisar. Tampoco hay lesiones graves a día de hoy, únicamente las musculares de Luis Muñoz y Josua Mejías. Luego el calendario, sin tregua y con enfrentamientos ante equipos potentes como el Espanyol, el Mallorca, el Girona el Leganés.
El último condicionante es uno de los que más preocupa. Y es que LaLiga ya no financia los vuelos privados de los equipos en sus desplazamientos, por lo que corre de cuenta de los clubes costearse los viajes. En el caso de los blanquiazules se hace inviable económicamente contratar un chárter –se estudia al menos uno de aquí al final– por lo que compartirá medios de transporte y se expondrá a posibles contagios. Hablamos de expediciones de unas 40 personas, lo que potencia el riesgo. A Las Palmas se irá en vuelo regular vía Madrid, mientras que se estudia el AVE para Espanyol (Barcelona) y Leganés (Madrid), más la posibilidad de un chárter a Oviedo al tratarse de un desplazamiento más complejo.